Rosalía ha publicado el nuevo ‘Motomami‘, la edición deluxe de uno de los álbumes más celebrados del último año. Y también uno de los más vendidos en nuestro país, donde la edición extendida le otorgará a la cantante su segundo Platino, un certificado no tan habitual ahora que las ventas físicas y digitales están en cifras bajo mínimos en España y los álbumes dependen de un streaming no demasiado generosamente traducido a unidades en nuestras fronteras.
La edición deluxe cuenta con una portada similar a la original, pero que juega más con el rojo y el caso de la moto y ocho canciones -sort of- nuevas para su tracklist. Porque algunas no es que sean muy nuevas y otras no es que sean muy ‘canciones‘.
Para ver qué es lo que nos ha parecido el ‘Motomami+‘, ordenemos las nuevas incorporaciones de la era de la menos a la más interesante.
08 > ‘Thank Yu :)’
Esta es esencialmente la que no es una canción. Rosalía parte ‘Motomami‘ en dos anunciando a los oyentes que ya han escuchado el disco entero. Curioso que no se incluyera en la edición original y sí ahora, que después del mensaje -grabado en plan chorra y con muchos fallos- llegan 8 canciones más, porque ha mantenido ‘Sakura‘ -la canción, no la cazadora de cartas- como cierre del álbum.
Una cosa curiosa que hubiera tenido mayor sentido, creemos, al final real del disco. O al menos con ‘Sakura‘ por delante.
07 > ‘Candy (Remix) (feat. Chencho Corleone)’
Hay algo que Mariah Carey nos lleva enseñando desde los 90 y de lo que bien pocos artistas han tomado nota: el remix regrabado. El remix ambicioso. El remix que aporte algo al original. Porque las remezclas pueden hacerse en clave de club o en clave de replanteamiento. O en clave de poquísima ambición, como es el caso.
De hecho, si no hubiera un spoker word detrás, esto sería lo menos interesante de ‘Motomami+‘ con diferencia. No sólo porque la canción no varíe apenas el aporte de la original, sino porque lo estropea: Chencho Corleone entra a rapear como un elefante en una cacharrería, sin entender el tono y el ambiente de ‘Candy‘. Los versos posteriores de Rosalía se sienten como lo que son, una obra de un corta y pega que podía haber dado muchos más frutos. Lástima.
06 > ‘La Fama (Live en el Palau Sant Jordi)’
‘La Fama’ puede escucharse ahora con un montón de gente gritándola de fondo, sin The Weeknd ejerciendo de Romeo Santos y con una intro un poco más extendida para que el griterío de la audiencia se deje notar más. Cómico, por cierto, el momento en que se escucha al público empezar a cantar la canción en plan fail… ‘La Fama‘ no arranca realmente en la voz de Rosalía hasta unos segundos después.
Un directo que también queda un poco de pegote en mitad del tracklist.
05 > ‘LAX’
Arrancamos ya con la sección de canciones inéditas per se. La menos interesante del lote, ‘LAX‘. Y eso que, en comparación a las anteriores de esta lista, es un importante step up. Pero se queda colgadísima, llegando con tantas buenas ideas como llega.
‘LAX‘ es una historia de adioses que arranca con Rosalía acapella y el sonido de un lápiz que va anotando cada verso. Luego va a más, incorpora la instrumentación y cuando va a llegar a convertirse en canción como tal… se termina. Porque dura menos de minuto y medio. Es un interludio y una oportunidad desaprovechada.
Mona, pero pedía, como mínimo, un minuto más de desarrollo.
04 > ‘Chiri’
Es lo que todo el mundo creía que se titulaba ‘Dinero Y Libertad’. Como a ‘LAX’, le falta un punto de conclusión que se hubiera logrado con algunos segundos extra, porque el final sabe algo atropellado. Originalmente iba a ser el track 5 de ‘Motomami‘, pero acabo siendo desechada hasta que se presentó en la gira del álbum.
Es un track con mucha distorsión, apetecible, que cuadra muy bien en el imaginario del disco y al que, como decíamos, sólo le faltaría la guinda a un pastel de buena pinta.
03 > ‘La Kilié’
No Minogue. Esa va con ‘y‘ sin tilde. Tampoco la Jenner, también con ‘y‘. No os liéis. Esta es una de esas palabras que Rosalía escribe como pronuncia, con lo que es fácil intuir lo que significa si lo decís en alto.
Es una propuesta machacona, divertida, que reúne a Rosalía con El Guincho y que, aunque es necesario que os saquéis una licenciatura para comprender realmente de lo que trata, se intuye como himno de amor propio.
Y si no llegáis a comprenderla, lo mismo da, porque tiene todo el espíritu absorbente de ‘Motomami‘ en cada verso: en cuanto la canción arranque, estaréis totalmente comprometidos a bopear con ella. La vaina de la que va pasa a un segundo plano.
02 > ‘Aislamiento’
Imaginaos que alguien de la Gen-Z compusiera ‘Europa‘ de Mónica Naranjo. Probablemente mantendría el drama, pero la desnudaría de adornos. Y la contaría de un modo que cualquiera que pasara de los 26 años juraría que es arameo. El idioma, no la vidente.
Imaginaos que ‘Lucky‘ de Britney Spears no fuera una comedia involuntaria (¿o es voluntaria? nunca nos quedó claro).
Imaginaos que ‘Pop‘ de La Oreja De Van Gogh hubiera sido compuesta en los almacenes de un Aldi por un joven al que le toca reponer cajas después de haber pasado por ser concursante de ‘OT‘.
Pues más o menos eso es ‘Aislamiento‘. Una oda a las consecuencias de la fama, muy al hilo de otras de las canciones de la era ‘Motomami‘, que es una absoluta exquisitez. Es curioso como arranca con cierto espíritu luminoso y va perdiéndolo verso a verso hasta culminar en unos segundos ciertamente claustrofóbicos. Otra joyita para este Bijou Briggite.
01 > ‘Despechá’
Sí, ‘Despecha‘ nos parece lo mejor del nuevo ‘Motomami‘. Sí, empieza a estar bastante quemadita. Pero lo tiene todo: el minimalismo de base de toda la era, a la Rosalía que te cuenta un drama al tiempo que te pone a bailarlo, y una intención tan chiclosa que es imposible despegársela de la cabeza.
‘Despechá‘ es lo que Henry Méndez nos hubiera dado si fuera dependiente de un COS. Chorra, pero chic. Veraniego, pero no verbenero. Simple, pero tremendamente eficaz. Nuestros dieces. Besito de chef.