Volvemos a Histeria Lane, porque esta semana tenemos un nuevo capítulo de ‘Desperate Popstars’.

La semana pasada, Chris Brown debutó con su nuevo álbum en las listas de Billboard. Y las cifras han quedado bastante lejos de lo que sus seguidores esperaban. El agresor debutaba con unas aún así aparentemente decentes 72k. ¿Cuál ha sido el problema entonces? Pues que el sistema de ‘ventas‘ americano premia notablemente a los álbumes con muchas canciones, porque suma el streaming total del disco en vez de promediarlo, ergo ‘Breezy‘, que contiene 24 canciones, debía haberse estrenado bastante por encima.

De hecho, su anterior álbum, ‘Indigo‘, que contenía más de 30 tracks, arrancaba con 108k y el dato que más cambia, 28k de ellas en venta digital. En esta ocasión, apenas 5k se han interesado por el álbum de semejante señor. No va a darle ni para la compra semanal de Tarta De Santiago a la que acostumbra. Le poco como una moto esa buena almendra molida.

El caso es que, como el resbalón del disco lo ha puesto en el foco en la última semana -porque ya decimos, el impacto ha sido bastante menos que el de un álbum de 12 tracks que abriera con 72k de habitual-, ¿qué ha decidido hacer Brown? Pues efectivamente, sacarse de la manga otras chorroncientas canciones que incluir en una versión deluxe.

De esta forma, el álbum frenaría la caída de la segunda semana sumando nuevos puntos de streaming a su total. Y siendo Chris Brown, es capaz de añadirle al disco unas 58 canciones si eso le garantiza equis copias extra vendidas. El perfume de desesperación se huele desde aquí. Tiene un toque afrutado, como a castaña. A él siempre le ha gustado mucho un buen castañazo.

Por poner un contexto, el álbum anterior cedió más de un 50% en su segunda semana, con lo que este, de improbablemente repetir secuencia, caería a unas 36k. Pero claro, aquel ‘Indigo‘ anterior tiraba más, con lo que puede que, sin el apoyo de otras 420 canciones extra, ‘Breezy‘ cediera bastante más terreno.

Lo que es curioso es que sea 2022 y haya alguien que siga escuchando a Chris Brown. De forma no irónica.

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