Shania Twain no es una mujer fácilmente impresionable. Eso lo sabemos, no porque uso muy poco el emoji que aparece con los ojos completamente abiertos y las manos a los lados, o porque sea de las que dice «¿ves?» cuando están votando los países del este en Eurovisión sin mueca facial alguna, no. Lo sabemos gracias a uno de sus mayores clásicos, ‘That Don’t Impress Me (Much)!’, en el que la cantante dejaba bastante claro que si querías conquistarla, tendrías que currártelo. Eso salvo que fueras su marido, que entonces podías tirarte a medio continente y tampoco tendrías mucho más que hacer para dejarla atónita.
El caso es que en aquel magnífico tema de 1997, la cantante hablaba de que no le impresionaba que «fueras científico», «que tuvieras un coche» o «que fueras Brad Pitt«, y es ahora, veinte años después, cuando descubrimos por qué Shania no abría los ojos de par en par frente al actor de clásicos como ‘Clase Sangrienta’:
«Estaba escribiendo ‘Come On Over’ cuando una amiga vino a casa, y en aquel momento había un escándalo de Brad Pitt y Gwyneth Paltrow porque se habían filtrado unas fotos suyas desnudo. Era el furor del momento, pero yo no entendía que era lo que resultaba tan impresionante. Vemos gente desnuda todo los días, eso es lo que recuerdo pensar en aquel momento.»
Shania Twain, reina naturista. Ella ve gente desnuda todos los días, por lo que ya puede salir Donald enseñando el Trump en una rueda de prensa -Dios no lo quiera, porque sino hasta el Opus dudaría de su existencia- que ella seguiría comiendo manises con cara de «so what». La imaginamos como directora de Playgirl de aquella época, algo así como la Teresa Viejo del mundillo country, recibiendo las imágenes del actor en primicia: «sí, bueno, se le ve el pito, pero no sé, tenía pensado otro enfoque para el número de esta semana. ¿Tenemos algo de Kuwait? ¿Descenso del IBEX? No sé, dame algo que pueda interesarme.»
