Isabel Gemio ha quedado desempleada. No, no es que la hayan despedido de ningún lugar, allá donde quiera que estuviere trabajando semejante señora. No, tampoco es que haya decidido lanzarse a la aventura de apuntarse al INEM en busca de nuevas propuestas que agiten su avispero. Lo que ha ocurrido es que el concepto ‘sorpresa’ ha sido cancelado. Olvidaos de volverla a ver subiendo en una plataforma con un sofá, suspended cualquier posibilidad de disfrutarla con rosa en mano sosteniendo una carpeta. Se han acabado las sorpresas. Oficialmente.
Y es que cualquier sorpresa queda en la más absoluta nada -por ello se ha cancelado el concepto por completo- tras el anuncio de suspensión del ‘Justice World Tour’ por parte de Justin Bieber. Sí, todavía tenía conciertos pendientes tras cancelar la mayor parte porque patatas. Aún había fechas que no había suspendido sino retrasado. Sí, de la gira del álbum de hace dos años. Que por poco y el público que iba a asistir hubiera muerto de muere natural o se habría fosilizado.
Justin Bieber ha anunciado, a través de un email con la explicación de cómo recuperar el dinero de las entradas, los conciertos que tenía pendientes. Esa gira está oficialmente de viaje con 49 shows ofrecidos y 82 cancelados. Y el público ha quedado tan en shock con el anuncio, cinco meses después de las primeras cancelaciones, que se han hallado mandíbulas en varias aceras del Reino Unido, tal era el gesto de sorpresa de los fans que han acabado perdiéndolas de tanto abrirlas.
Se desconoce cuál será ahora el destino de Isabel Gemio, en ausencia de cualquier posible sorpresa futura, pero en los libros de primaria ya se está sustituyendo la emoción de la sorpresa por una nueva emoción a la que llamaremos ofiuco. Aún no se sabe mucho sobre ella, pero sabemos que substituirá -que diría Belinda– a la emoción anterior por algo bastante más factible. Sea lo que fuere.
