Taylor Swift ha vuelto a lanzar uno de esos comunicados. Sí, uno de esos que te cuentan su drama de turno dentro de la industria, porque cómo iba una de las artistas con mayor poder e influencia del planeta poder arreglarlo sin que todos los medios se enterasen. Uno de esos comunicados que mezcla churras con merinas hasta que consigue convencer al público de que pobre Taylor Swift.
Y es que tiene sentido, cómo iba ella a saber que al firmar un contrato que le impedía regrabar sus canciones hasta noviembre de 2020 le iba a impedir regrabar sus canciones hasta noviembre de 2020. Cómo iba a ella a pensar que las canciones que no podía distribuir sin permiso no iba a poderlas distribuir sin permiso. Cómo iba a ella a saber que al firmar voluntariamente su contrato con un nuevo sello y asumir vender su música al mejor postor, se le iba a complicar la cosa con todo ese material. Cómo iba una mujer formada, inteligente y poderosa de 30 años a saber todo eso.
Por poner la noticia en orden: los dueños del catálogo de Taylor Swift hasta la era ‘Lover’ le han prohibido actuar con las canciones en los próximos American Music Awards, por considerar que eso vulnera el contrato que tiene con ellos, y que le permite, insistimos, regrabarlas a partir del próximo noviembre. Recordemos, por cierto, que Taylor Swift fue la que hizo de la venta del catálogo un auténtico dramón público que provocó el escarnio -merecido o no- a los dos magnates. Un movimiento comercial, por cierto, que se da de diario en el mundo de la música, sin que esto genere más que beneficios. Salvo en el caso de Swift, que le generó un trauma de por vida.
La estrategia ha vuelto a ser un clásico trampeo de Swift: posiciona los fans contra Braun y Borchetta con un argumento de “machismo” que se sostiene muy con pinzas, les insta a machacarles a mensajes a través de redes sociales y vuelve a instar también a sus seguidores a avasallar a peticiones a artistas llevados por ellos (Demi Lovato, Harry Styles, Ariana Grande, Carly Rae Jepsen…), una táctica muy habitual de la autora de ‘Lover’, que por supuesto, cree que miles de tuits harán el trabajo que ella, su equipo y todo el equipo legal que tiene detrás no han conseguido.
Es lógico, cómo no iba a lograr hacer cambiar de opinión a Borchetta y Braun una señora de Ohio llamada Savannah Matthews a la salida de su frutería habitual, desde su teléfono móvil. Es de cajón.
Por supuesto, el mensaje termina metiendo el dedo en la llaga con un “mis proyectos quedan en interrogante” que podría traducirse como “o movéis el culo contra esta gente, o igual os quedáis sin documental en Netflix”.
Es curioso como, para nosotros, la gestión escandalosamente tramposa, infantil y poco profesional de Swift le resta toda la razón en un tema en el que tiene, efectivamente, toda la razón de raíz. Pero ningún medio se posicionará contra ella. Ningún músico. Imaginad lo políticamente incorrecto que sería.
Imaginad si la última vez que Demi Lovato salió en favor de su manager, estando aún en proceso de rehabilitación por una sobredosis, los fans de Swift llevaron el término “ballena” a ser trending topic global como insulto a la artista. Todo, para variar, muy ‘Lover’.
Aquí tenéis el comunicado completo:
“Chicos, hace poco se ha anunciado que los AMA me entregarán el premio a Artista De La Década en la ceremonia de este año. Tenía pensado actuar con un medley de mis hits a lo largo de la década en el show. Scott Borchetta y Scooter Braun me han dicho ahora que no puedo actuar con mis viejas canciones en televisión porque dicen que es eso supondría regrabar mi música antes de que me esté permitido hacerlo el próximo año.
Sumado a esto, y no tenía previsto que fuera así como os lo iba a contar, Netflix ha creado un documental que narra mis últimos años. Scott y Scooter también han rechazado el uso de mi música o de actuaciones antiguas de cara a este proyecto, aunque no existan en él menciones a ellos o a Big Machine Records.
Scott Borchetta le ha comunicado a mi equipo que sólo podré utilizar mi música si hago lo siguiente: si accedo a no regrabar mis canciones el próximo año (algo que me es legal hacer y que de hecho tengo ganas de hacer) y si dejo de hablar de él y de Scooter Braun. Estoy convencida de que compartir lo que me ha ocurrido hará que la consciencia sobre casos así aumente y ayude a otros artistas a evitar un destino similar.
El mensaje que se me ha enviado está claro: sé una buena chica y cállate o serás castigada. Esto está MAL. Ninguno de estos hombres fue parte de la creación de estas canciones. No hicieron nada para crear la relación que yo tengo con mis fans. De modo que aquí es donde pido ayuda. Por favor, hacedles saber a Scooter Braun y Scott Borchetta cómo os sentís al respecto. Scooter lleva a otro montón de artistas que estoy segura de que se preocupan por el trabajo de sus compañeros. Por favor, pedidles que ayuden con esto – espero que quizá puedan influir en la opinión de los hombres que están teniendo un control tiránico sobre alguien que simplemente quiere cantar las canciones que escribió.
Pido especial ayuda a The Carlyle Group, que puso dinero para que la venta de mi música entre estos dos hombres pudiera ocurrir. Simplemente quiero poder tocar mi propia música. Ya está. He intentado solucionar este problema de forma privada mediante mi equipo, pero no hemos sido capaces de conseguir nada. Ahora mismo, mi actuación en los AMA, el documental de Netflix y otras cosas que preparo hasta noviembre de 2020 se quedan en interrogante. Os quiero y creo que debíais conocer la situación. “
Don’t know what else to do pic.twitter.com/1uBrXwviTS
— Taylor Swift (@taylorswift13) November 14, 2019