Telecinco emite desde algunas semanas ‘Mediafest Night Fever’ en sus noches del viernes. Un programa de what-they-call entretenimiento en el que cada semana uno se encuentra una sorpresa. El primer día era un show de varietés, después de drags, luego de imitar cantantes y desde hace unos días es una suerte de talk show con actuaciones verbeneras. No es que lo esté viendo especialmente mucho público, pero tampoco está Telecinco como para pensar qué más puede hacer con el mismo plató cada día de la semana.

Y anoche se había dado bombo a la presencia de Rosa López en el programa. Una Rosa que venía de vivir cierta polémica con su… erm, compañera Chenoa, y que parecía ir a sentarse para hablar del tema y cantar. No hizo ni lo primero ni lo segundo, pero centrémonos en su performance de arranque. Más que nada porque la otra, la de su cover de ‘A Quien Le Importa’, la hizo en estricto playback a pesar de llevar dos micrófonos encima (?).

Como decimos, para dar comienzo al ‘Mediafest Night Fever’, a Telecinco se le ocurrió la brillante idea de juntar a cuatro ganadores de ‘Operación Triunfo’ para interpretar ‘Europe’s Living A Celebration’. Y si conocéis la Maldición Del Ganador de ‘OT, ya imagináis lo que ocurrió a continuación.

Vayamos de más a menos: el más atinado, Mario (‘OT 2009’), que cantó el tema de la forma más oversung y hortera que pudo, evidenciando que es cantante de orquesta. Al menos, insistimos, afinado estaba. Después tuvimos a Vicente (‘OT 2003’), que el pobre estaba a por uvas: el resto estaba de fiesta y él en el funeral de su gatita Fluffy, que falleció de aburrimiento tras escucharle.

Y luego sus majestades del Reino de Nodaruna: Ainhoa Cantalapiedra (‘OT 2002’) y la propia Rosa López (‘OT 2001’). Esta última entró en el momento del bridge de ‘Europe’s Living A Celebration’, sin atinar una sola de las notas del final de los versos. Principalmente por esa extraña costumbre vocal de Rosa de coger carrerilla para llegar a una nota que nunca termina de dar. Por lo tanto, todo quedó desafinado hasta los límites.

Pero como comentábamos, quedaba Cantalapiedra para poner la guinda a este pastel de sonidos guturales: de pronto pretendió armonizar a Rosa en el último estribillo y lo hizo de la manera más Ainhoa posible. Inventándose una escala de notas que la humanidad aún no ha conseguido descifrar. Donde el resto tiene el clásico Do-Re-Mi-Fa-Sol-La y Si, Ainhoa tiene el A-Mi-Me-La-Pe y La.

Una fantasía para los anales del despropósito televisivo. Énfasis en anales.

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