Pianola Kween Belén Aguilera derrocha Leona Lewis vibes y perfecto timing en, erm… ‘Búnker’

Pianola Kween Belén Aguilera derrocha Leona Lewis vibes y perfecto timing en, erm… ‘Búnker’

Belén Aguilera tiene nuevo single, y esta vez es importante: esta vez no es que se la quiera jugar a Felipe VI como en otras ocasiones, sino que es que le sirve como lead a su primer álbum completo, ‘Como Ves No Siempre He Sido Mía’, que ya ha anunciado a través de sus redes sociales.

Pianola Kween lanzará en los próximos meses ese primer trabajo, aún sin fecha oficial porque sabe uno cuando podrá salir de casa, visitar su Discos Marisi más cercano, y hacerle a la dueña la reserva del disco de Belén, que le llegará por correo los días siguientes y te entregará en mano junto a el último número de la Mondosonoro. Y claro, tú que escuchas a Belén Aguilera, para qué ibas a querer la Mondosonoro. Tengamos un poco de criterio, Marisi, hija. Un poco.

En fin, dejémonos de hipotéticas visitas a vuestra tienda de discos local, que no estamos en 1993, y centremos la atención por un momento en ‘Búnker’. El nuevo single. Ya, lo del timing ya lo hablábamos hace poco con el nuevo single de Antonio José, pero Aguilera ha tocado nuevo techo. La canción lo mismo iba a llamarse ‘Tengo Fiebre (Y Tos Seca)’, pero finalmente prefirió lucir algunas sutilezas más.

”Para mí, ”Búnker” significa la toma de consciencia. El dejar de esperar que algo cambie. No llega a ser una despedida, es una decisión agridulce de no caer en algo que conoces y sabes que te va a hacer daño. El protegerse, el dejar de salvar, el priorizarse’.’

Y esa toma de consciencia, esa toma de La Bastilla, esa toma mucha fruta, mucha fruta fresca, tiene muchas influencias de la era ‘Glassheart’ de Leona Lewis, en paz descanse y el señor la tenga en su gloria. Dios, no Simon Cowell, que si por él fuera trabajaría la muchacha en un Asda reponiendo saleros, en vez de trabajar en la zona de cafés, como está haciendo desde hace unos meses.

‘Búnker’ tiene ese punto de canción melódica que juega a ser bailable pero no lo es, porque es la bendita Pianola Kween, no la Jenny volviendo de una rave, esos vocals agudos y cristalinos y, por una vez, esa dicción que hace lucir la letra sin que tengamos que escucharla tres veces preguntándonos si la grabó con una pieza de melocotón en almíbar en la boca. Una fantasía.

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