Mariah Carey quería borrar del público general la impresión que dejó después del catastrófico show de fin de año. Y vaya si lo ha planeado bien: nuevo single poco después, vídeo para la canción, y ahora, presentación en directo en la que, vocalmente lo ha bordado. No hay quejas. Mariah Carey ha cantado estupendamente ‘I Don’t’ en el show de Jimmy Kimmel. Es más, de no ser porque queremos darle un voto de confianza a la mujer, diríamos que ha tirado de algo de pregrabado. Pero vamos a quedarnos con que ha cantado bien.
Eso sí, en lo que respecta a lo demás, ha seguido sacando de si su mejor/peor Mariah: un vestido de Drag Queen disimulado porque la parte delantera era medianamente digna, y una presencia escénica que un banco de anchoas nadando en círculos hubiera superado. Claro que también os vamos a decir una cosa: con el corsé que llevará bajo ese vestido rojo, podría recibir una pensión vitalicia por una minusvalía del 80%. ¿Quién podría moverse en ninguna dirección semejantemente embutida?
Pero bueno, tampoco ha sido nunca Mariah de moverse en el escenario o hacer acrobacias de clase de aeróbic como Madonna. La cuestión real es ¿dónde demonios está mirando la artífice de ‘My All / Stay Awhile (So So Def remix feat. Lord Tariq & Peter Gunz)’? Parece que cada verso que llevara a cabo pidiera la aprobación de alguien que tiene en la esquina del escenario. ¿Está su manager haciendo gestos de «okay, gurl, slay them bitches» a cada frase tras el telón?
El único momento donde parece que se le pasa el efecto de los cuatro o cinco Frenadoles que lleva encima es cuando llega a escena YG y a ella le da la risa floja en plan «jo, qué pava soy, y qué demonios haces colándote en mi actuación». El rap, de hecho, acaba con un gesto de ella de: basta, sacadme a este señor de aquí.
https://youtu.be/EGWN-rosVZo
