Pobre Kelly Rowland, no gana para disgustos. Primero, es Kelly Rowland, y ahora, tiene que aguantar que un grupo de animalistas la acosen justo cuando iba a presentar un libro sobre Diossabequé. Pero ella, survivor como la que más y algo menos bootylicious aunque ponga empeño, aguanta la invasión con cara de poker. I don’t think you’re ready for this, Kelly.
El grupo animalista se presentó allí para criticar el hecho de que la Rowland vaya vestida con pieles y se plantaron con pancartas y lemas alrededor de la corista de Beyoncé, sin darle siquiera tiempo a responder «¡qué pieles ni qué pieles, si esto es del Mango que está hecho con los sobrantes de una mopa y fibras de esas de Vileda!». Y nada, ella ahí, tiesa como un palo sin saber demasiado bien qué hacer, y planteándose cuándo fue la última vez que vistió con pieles para que ahora le salgan con esas.
Se acerca a un asistente, le pregunta si no será que confundieron una vez que se puso la peluca rizada de ‘Commander’ en los hombros con un visón, pero la asistente la mira con cara de «por lo menos no te han tirado un bol de sangre por encima, o un saco de harina», para desesperación del público vegano y de Malú.
Kelly miró horrorizada por todas las esquinas para asegurarse de que todos habían abandonado el evento, e incluso le pareció que Michelle también estaba cargada con un póster al fondo, pero al llamarla le dijo que no, que ella había ido a la firma con el poster que venía en el single de ‘Down For Whatever’, que como nunca respondía a sus whatsapps…
La cuestión es que entre gritos de «¡tienes sangre en tus manos!», «maltratadora animal» o «has matado por nada, toda tu venganza no ha tenido razón de ser», ya sabemos a cuento de qué tenia Kelly una ‘Dirty Laundry’. La sangre de nutria sale fatal.
