Vamos a ser totalmente directos: ‘Orange Trees’ la lanza Mohombi y lo estamos arrastrando por el fango de tal forma, que aquella imagen de Chabelita con la boca llena de barro en ‘Supervivientes’ habría encontrado una digna heredera. Pero es Marina Diamandis, así que nos lo tomamos con más calma, preparamos una tacita de té, contamos hasta 10 antes de escribir este artículo y pasamos a hablar de la canción.
Es el cuarto corte que conocemos de ‘Love + Fear’ después de ‘Handmade Heaven’, ‘Superstar’ y ‘Baby’ y a estas alturas nos preguntamos de qué va realmente este nueva era. Porque no entendemos nada. El sonido del primer single, sin que fuera un bombazo, nos parecía comprensible, y de hecho imaginábamos que el álbum giraría en torno a ese tipo de producciones más sencillas y desnudas, pero según avanza la promo del mismo, estamos más y más confusos.
El flamenco-latino de ‘Baby’ nos despistó, pero como tema de Clean Bandit tenía sentido, y como ganchó de cara al disco también, la producción pop de toques traperos de la insulsa ‘Superstar’ ya nos dejaba con ganas de algún bop, pero es que lo de ‘Orange Trees’ es ya de juzgado de guardia. Este disco ha tenido de tener sentido alguno, Marina está perdidísima tras rechazar los diamantes y anunciar un reboot de su discografía. Había mucha más personalidad en los peores temas de sus primeros tres álbumes que en toda esta colección de nuevos.
Lo único que ahora mismo sostiene el trabajo es la voz de ella. Lo demás es correcto tirando a mediocre, habiendo tocado fondo con este insípido tema de inspiración tropical que por no tener, no tiene ni la gracia de algo pensado como veraniego y despreocupado. Es directamente un despropósito.
Así que, sí, nos bajamos del carro de ‘Love + Fear’ hasta que descubramos por qué debería volver a interesarnos.
