Katy Perry donde pone el ojo pone el activismo. Ergo hemos de deducir que el activismo de Katy Perry es todo de boca. Se nos está yendo la pinza, así que vamos a centrarnos en comentar la sorprendente carátula de su nuevo álbum, ‘Witness’, que nos ha dado con, erm… la boca abierta. Sólo que en la nuestra no hay una pupila, porque no somos un componente de La Oreja De Van Gogh, sino gente al uso.
Katy se ha puesto súper conceptual en la carátula de su nuevo álbum, previsto para junio, y ha decidido que en su punto de mira estamos todos a pesar de tener los ojos cerrados. Pensad lo que se ahorra en pestañas postizas gracias a su nuevo look, aunque lo mismo luego tiene que compensarlo con más dosis de colirio. Por otra parte, pensad en el mal sabor de boca que tiene que dejar tener el iris todo el rato sobre la lengua. Especialmente bañado en colirio.
La ventaja, siendo Katy Perry, es que si hace pésimos directos de aquí en adelante, algo que es ya marca de la casa, siempre puede justificarlo diciendo: «perdona, pero no es que cante mal, es que tengo aquí una córnea que no me deja hacerlo mejor. ¡Prueba tú a cantar con un ojo tras el frenillo, no te fa!». Lo de «no te fa» es algo que imaginamos mucho en la boca de Katy Perry, cuando no está haciendo pésimos juegos de palabras con Obama, las enfermedades mentales de esta o aquella artista, o usando palabrerío racista.
A todo esto, ¿no le pega todo este tipo de portada a Mónica Naranjo? Desde aquí la animamos a hacer ahora un disco de electrónica noventera y marcarse un plagio en toda regla. Mientras tanto, sed testigos (estamos que lo tiramos) del cambio radical de Katy Perry, cantante, activista, pasivista y neutralista.
