Atención, que salga alguien con un tambor gigante a añadir música de drama y expectación a este post. Detrás de los tambores, los cuatro ataúdes de sus compañeras de Fifth Harmony, con coronas de flores y enormes banderolas blancas mientras alguien toca una versión orquestal de ‘All In My Head (Flex)‘. Y al final de esa absurdísima hilera de personas, el anuncio del álbum imaginario de Normani.
Sí, el mismo que dijo conocer ya en 2018. Seis años después (!), gracias a la web que la artista le ha creado al lanzamiento del disco, convenientemente llamada wheresthedamnalbum.com (dónde está el maldito disco punto com), hemos descubierto que ‘Dopamine‘ será su título y que se publicará, o eso dice ella, en algún momento de 2024.
Por supuesto, en un momento lo más Normani posible, tras borrarse el Instagram en un movimiento tan 2018 como el propio álbum, la noticia se ha filtrado antes de que ella la comunique en su red social. Toda una reina del marketing. Y eso que ese momento no ha sido el más ridículo de la semana para la pobre muchacha.
El mayor bochorno lo vivió unas horas antes, justo después del borrado de Instagram. Minutos después, la cuenta de Twitter NormaniNation, en principio formada como un club de fans, comentaba “qué está pasando” con una captura del perfil de la cantante sin publicaciones.
Pero claro, se les escapó algo: en la captura, la propia Normani aparecía logueada en Instagram. Es decir, que esa captura sólo pudo compartirla ella misma en el perfil fan. Y cuando decimos ella misma, nos sirve su propio equipo, vaya. La cuestión es que el perfil fan estaba creado por la artista o su equipo publicitario. Algo que probablemente se dé más a menudo de lo que creemos, pero sin momentos tan ridículos como este:
