Marta Sango se ha marcado el Raoul Vázquez de la generación 2018 de ‘OT’. Ha sido la última de entre el alumnado en lanzar single, con la ventaja de que todos los focos fan estaban puestos ya sobre ella y la desventaja de que el interés por su generación de triunfitos está ahora mismo por los suelos. A pesar de ello, Sango ha puesto toda la carne en el asador con su debut, ‘Por Ti’.
Podéis escuchar este y otro puñado de hits en nuestro A-List de Spotify:
Un primer single que tiene sus luces y sombras. Empecemos por decir algo bueno de él, que luego en seguida saltáis con que nada nos gusta, con que todo es negativo, con que qué nos ha hecho la pobre Anger Management Kween, África Adalia, para que hablemos mal de la producción de su single:
- ‘Por Ti’ es divertida. Arranca como una balada ochentera de corte seriote y clásico, casi una parodia de la Paloma San Basilio de hace 35 años, pero en seguida muda a un uptempo entretenido con un estribillo pegajoso y bailable.
- El concepto ‘tears on the dancefloor’ que tan bien le viene al pop se cumple en ‘Por Ti’: el mensaje es un melodrama, pero que nada nos impida seguir bailando.
- Es, en cierto modo, lo que cabría esperar del primer single de Marta, si lo que pedíamos desde hace tiempo a ‘OT’ es que haya más unión entre el perfil de concursante y el de artista. Marta era ochentera.
Pero como decíamos antes, estamos divididos entre lo que nos parece bien y lo que se pasa de la raya. Estas son las sombras de ‘Por Ti’:
- El homenaje a los ochenta es excesivo: llega a un punto que no hay nada contemporáneo y casi parece un sketch de ‘Muchachada Nuí’ del que, en cualquier momento, va a salir Joaquín Reyes a hacer de Catherine Fulop.
- Lo de siempre con los de ‘OT 2018‘: más aesthetics que canción. Si uno escucha el single con el vídeo, bien. Si uno escucha el single sin el vídeo… meh.
- ¿Quién ha maquillado a Marta en el vídeo que parece Mabel con un ataque de alergia a los langostinos? Si la niña es mona…
De modo que con Marta, la cosa queda en que todo parece un número musical de los ochenta, que es la intención del clip, pero cuando acaba el clip sigue pareciendo un número musical de los ochenta. Al menos le ha puesto intención, concepto y una pizca de diversión, pero no sabemos si el haber aplicado sus influencias de forma tan literal va a hacerle salir a flote en la industria, estando la marea tan alta y tan llena de plástico.
