Las ‘Vacaciones’ han arrancado para Luis Fonsi y Manuel Turizo. Que tampoco es como si no vivieran en unas perpetuas, que esta gente puede estar con una bufanda al cuello que seguirá rodeándose de 320 muchachas en bikini en los vídeos y compartiendo vasitos de tequila. Ya puede caer un meteorito en dirección a la tierra, que lo estarán recibiendo desde un yate con la chiquitas en cuestión.
Este efecto de perpetuo verano musical es muy del gusto de España, con lo que ‘Vacaciones’ tiene todas las de triunfar en nuestro país en pleno mes de enero o febrero, porque si algo aprendimos de la era Vale Music en los primeros dosmiles, es que nunca hace el suficiente frío para dejar de ser hortera. Ser hortera es un modo de vida. El de Luis Fonsi, más exactamente, desde que los guiris lo tuvieron por one-hit-wonder y decidió, él mismo, autoparodiarse.
Así que uno siempre ve los vídeos del cantante pensando que en realidad es todo un gag de Silvia Abril caracterizada de artista latina boomer. En ‘Vacaciones’, Luis Fonsi trata de mantener el rollito cool posando al lado de Manuel Turizo, pero en varias escenas se le ve claramente con el TomTom sin batería. Perdido. Mirando a su compañero para descubrir cuánto tiene que mover los brazos y encorvarse para conseguir que lo incluyan en suficientes playlists de Spotify.
Y entre tanto, suena la canción de siempre de dos minutitos y medio, no sea que las ‘Vacaciones’ se le hagan a uno largas. Lo curioso es que, durando tan poco como dura, para cuando entra el estribillo por última vez, uno se queda pensando “¿le habían puesto estrofas a esta canción o es esto lo que llevo escuchando en bucle este rato?”. Ay, la dura vida del creador de ‘Despacito’. La cumbre y la maldición.