Parece que la residencia imaginaria de Adele en Las Vegas va a seguir dando noticias en las próximas semanas. La cantante anunciaba la cancelación del show apenas unas horas antes de que el primero de los conciertos tuviera que tener lugar, y suspendía todos los conciertos que tenía previstos «por retrasos en los envíos» y «los positivos en su equipo». Pero claro, con los conciertos de Adele previstos hasta el mes de abril, era más que obvio que la historia tenía mucho más detrás.
Ahora, Variety publica que el show no tiene demasiados visos de seguir adelante y no precisamente por retraso alguno: según parece, la cantante británica no estaría especialmente emocionada con el set y el storyline que la diseñadora Esmeralda Devil habría creado para los conciertos. Según parece, el número de apertura habría sido uno de los que más habría disgustado a Adele, teniendo que aparecer interpretando ‘Skyfall’ en la recreación de un «lago», acompañada de un coro de más de 60 personas. Esto chocaría con la idea de la artista, que buscaba algo más intimista para el espectáculo.
Cuenta Variety que si Adele quiere retrasar el show y buscarle nuevas fechas, no podrá ser hasta el mes de julio: sus sets ya han sido desmontados y sus fines de semana los ocupa ahora Keith Urban, que iba a tomar su testigo originalmente. Cuando los conciertos del cantante acaben, será Sting quien se acomode allí hasta finales de junio, con lo que Adele no podrá actuar hasta entrado el verano. Y teniendo en cuenta que mantiene las fechas de sus actuaciones en Hyde Park en julio, algo nos dice que no va a estar para hacer ambas cosas al mismo tiempo.
La publicación siembra aún más dudas sobre los shows de Adele, asegurando que «cuando la historia real salga a la luz, todo se volverá aún más interesante». ¿Qué narices habrá podido ocurrir para que Adele se haya bajado de un proyecto que servía de presentación al directo de su álbum?
