Lady Gaga ha sacado otro disco de señora mayor. De estos de cuando a ella le encanta jugar a ser Liza Minelli como si media jornada de su carrera discográfica fuera un ‘Match Game’ -o ‘Snatch Game’, según el nivel de drag que lleve encima-. La excusa, esta vez y ya sin Tony Bennett de cuerpo presente, es acompañar con un álbum completo a la banda sonora de ‘Joker: Boulan Gerie’, que se estrenará el próximo 4 de octubre.
El nuevo álbum de Gaga, ‘Harlequin‘ -titulado así en homenaje a su personaje en la película-, incluye un buen puñado de standards y un par de temas nuevos, ‘Folie A Deux’ y ‘Happy Mistake’. Llega, a diferencia de las anteriores veces de clave jazz, con dos buenas noticias: sabemos que hay un álbum pop en camino y un single del mismo a puntísimo de llegar; y este álbum tiene un corte más de teatro musical que de número de Las Vegas con plumas y sombrero de copa. Aunque de esto segundo también tiene mucho, es cierto que ‘Harlequin‘ tiene, en general, un sonido más Broadway que sus anteriores discos de música de fondo para la hora de tomar el té.
Lady Gaga suena fantástica, porque ella está encantada de ser Shirley Bassey y fingir que lleva en activo 70 años, y se deja notar en su interpretación. Vive las canciones. Se entrega a ellas como si supiera que un musical en directo estuviera dependiendo de que lo dé todo en él. Y lo da, la verdad. Lo da.
Las dos canciones nuevas son de estilos muy diferentes: la balada desgarrada, muy banda sonora de película contemporánea, muy ‘volved a nominarme al Oscar’, tiene una melodía bonita y vuelve a evidencia el buen gusto y buen hacer de la actriz y puntual cantante. La otra, ‘Folie A Deux’, es como si alguien hubiera metido en una coctelera la banda sonora de ‘Sonrisas Y Lagrimas’ y la de ‘Anastasia‘ y le tocara interpretarlo a Norma Duval. Ergo también estamos profundamente a favor.
A la espera de lo que llegue con el álbum pop completo, que ya ha anunciado que no se parecerá demasiado a ‘Chromatica‘, el ‘Harlequin‘ de Lady Gaga le da a los fans contenido para disfrutar de su voz. Aunque sea a través de canciones que tienen más años que su tatarabuela.
