Cerrad los ojos. Imaginad una discografía loca donde las haya. Tomaos vuestro tiempo. Jesús, eliminad Mecano de las opciones, ya han hablado de ello lo suficiente como para cuatro generaciones. ¿Alaska? ¿Pero qué estáis imaginando? Mirad, mejor si abrís los ojos y os preparáis para que analicemos para vosotros la discografía de Shakira. Porque sí, a esa nos referíamos, que no sabemos dónde tenéis la cabeza. Bienvenidos a ‘Hits Don’t Lie’, la sección en la que desgranaremos los singles de la colombiana uno a uno.
¡Preparaos para mover las caderas y arranquemos un nuevo visionado!
Para entender el argumento de ‘Loca’, primero habría que entender qué es lo que dice Shakira en algún punto de la canción. Porque, ¿recordáis a aquel actor de ‘Aquí No Hay Quien Viva’ que lo mismo era vendedor de seguros que de alarmas, pero no se le entendía al hablar porque decía unas 150 palabras por segundo? Pues este tema igual. De modo que hay que acudir al libreto de ‘Sale El Sol’ para encontrar soluciones a este problema.
Según parece, Shakira está hablando de una relación obsesiva con un muchacho que tiene pareja, que la lleva a hacer cosas un tanto cucú, pero que a ella le da todo igual y a él no le importa.
“Te cotorrea al oído pa’ tenerte en alta
Ella muere por ti y tú por mi es que matas”
MA-TO. Cómo ronea, cómo ronea, delante del novio pa’ que la vean. A Shakira le da todo igual, porque sabe que tiene al muchacho en sus manos, y que mientras a la otra le compra flores a ella le compra con-. Con-, que la canción no dice más. Puede que le compre condensadores de fluzo, contaminantes naturales… puede que incluso le compre Condolezza Rices. Quién no iba a querer una.
Shakira dijo querer “volver a sus raíces” durante la era ‘Sale El Sol’ y qué mejor para ello que grabar un merengue-dance muy de sus raíces, de un estilo que no había tocado en la vida, para cumplir con el objetivo. Para ello se valió de una grabación original prestada por El Cata, y la rellenó con sus propias composiciones y las de Pitbull. Sí, ese Pitbull.
En 2014 fue denunciada por plagio, teóricamente porque ‘Loca’ se parecía en exceso a ‘Loca Con Su Tiguere’ de Ramón Vasquez. Aunque él ganó originalmente la demanda, todo se le fue al traste cuando se comprobó que la cinta que había enviado como prueba al juicio resultaba ser falsa.
El vídeo oficial era barato a priori, pero terminó saliendo bastante caro. Shakira lo rodó en Barcelona cámara en mano, sumando apenas unas escenas de plano fijo en la playa con algo más de producción. En ‘Loca’, la colombiana salía haciendo el ídem por las calles, cambiándose de ropa delante de un puñado de locales, montándose en motos ajenas, bailando entre el gentío que flipaba porque qué demonios hacía Shakira allí y bañándose en una fuente pública. Oopsies.
La policía terminó acudiendo al lugar, donde se encontró a la cantante y un puñado de gente haciendo la mamarracha dentro del agua y les impuso sanciones por pasarse las normativas municipales por el mismísimo ‘Waka Waka’. El segundo disgusto llegó en forma de segunda multa, por pasear en moto por la ciudad sin ningún tipo de protección. Multa, ciega, sordomuda.
A la Shakira latina. A la más latina. La de sus raíces latinas imaginarias. Porque cualquier diría que la conocimos con un frutero en la cabeza y dos maracas en la mano. Pero Shakira ya había empezado a explorar lo latino cuando le dio por marcarse un reggaetón en ‘La Tortura’, y desde entonces el increscendo ha sido espectacular.
En ‘Loca’, con todo su merengue fusión, teníamos a una Shakira que te hacía perrear hasta el suelo preguntándote si el precio del maracuyá habría subido a raíz del lanzamiento del single. Cuando le preguntaste al frutero si así era, te pidió por favor que dejaras de golpear con tu cadera los mangos, que se les quedaba marca rápido.
