Para que luego digáis que a nadie le gustó ‘Cats’. Bueno, puede que a nadie le gustara, pero una de sus actrices estelares, Taylor Swift, le ha cogido el gusto a eso del arte del maquillaje transformador y el CGI. Eso sí, para distanciarse del concepto de la película que la encumbró en las salas de cine, TayTay ha optado por hacerlo bien. Todo un detalle para ‘The Man’, el cuarto single extraído de ‘Lover’.
Que sí, ya podemos respirar tranquilos, porque tiene vídeo oficial y no tendrá que contentarse únicamente con aquel clip en directo con el que nos asustó hace unos días. Oiga, que la canción es suficientemente pegadiza como para no tener que lanzarla en acústico cual si fuera un corte folkie. Pero olvidémonos del taburete -la pieza de madera, no la banda, que ojalá olvidarnos también de ella- y la guitarra, porque TayTay ha llegado para cargarse todos los clichés masculinos con ‘The Man’.
Podéis escuchar este y otro puñado de hits en nuestro A-List de Spotify:
Transformada en un estereotipadísimo -pero del todo habitual- hombre de negocios, Taylor se pasea con señoras en bikini en un yate, es borde con todos y cada uno de los que les rodean, tira de manspreading, dirige una empresa yendo de guay, ejerce de padrazo paripé y juega al tenis en un partido en beneficio caritativo de las mujeres. Qué detallista.
Por supuesto, Swift no ha perdido la oportunidad de lanzar a Scooter Braun y su paripé de compra-venta de catálogo una pullita. Cuando su personaje masculino aparece meando en el metro, todos los nombres de los álbumes que ya no son parte de su catálogo aparecen con spray en la pared, al lado de un cartel de “prohibido scooters” y otro que dice “perdidos, de encontrarlos entregárselos a Taylor Swift”.
‘The Man’ llega siendo feminista con el terreno del feminismo ya bien allanado y asfaltado por muchas mujeres antes que Swift, pero si algo hemos aprendido de ‘Miss Americana’, es que la mente de la artista, más vale tarde que nunca. Acaba de salir de la burbuja en la que ha estado años metida, y es normal que llegue tarde y, en ocasiones, regular a participar en algunas cosas.