Kylie está pasando por un momento dulce en el Reino Unido, con su #1 para ‘Golden’ y su resistencia entre los 10 álbumes más vendidos del país aún -acercándose al Disco De Oro con el LP-, pero en Estados Unidos las cosas son siempre diferentes para ella: lo cierto es que había que testar cómo funcionaría allí su salto al country, pero los resultados no han sido los esperados y el disco ha tenido una de sus peores marcas recientes en Billboard, quedando fuera del top60.
Tampoco es que imaginemos a Kylie especialmente preocupada por triunfar en América, donde, salvo en la era ‘Fever’, tampoco ha gozado de una gran popularidad, pero es verdad que la australiana siempre suele sacar hueco para satisfacer a sus seguidores y pasarse por el país de promo. Lo ha hecho esta vez desde el plató de James Corden, aunque se ha ahorrado el traslado del corazón con luces hasta Estados Unidos: en su actuación, podemos ver la K de sus recientes presentaciones, pero el corazón les salía carísimo, porque en la aduana se pusieron de un plasta terrible: que si “oiga señora, dónde va usted con ese corazón”, que si “eso podría declararse tráfico de órganos”, que si “Kylie es una marca registrada por Jenner, está usted detenida también por suplantación de identidad…”, bueno, pesadísimos.
https://youtu.be/px4Twrt4Ghs
Por tanto Kylie actuó sin corazón y con un vestido de señora que ni Madonna en ‘Love Profusion’. Eso sí, estuvo bastante más simpática que Madonna en ‘Love Profusion’. La australiana contestó a las preguntas de Corden y colaboró con él a la hora de enseñarles a él y Benedict Cumberbatch el line-dance de ‘Dancing’, porque el actor también estaba presente en la entrevistas, en un show tipo ‘Las Cerezas’ de Julia Otero.
¿Bailaron bien? Pues mira, hicieron lo que pudieron, porque con la escena descubrimos dos cosas: que a nosotros la fiebre por el line-dance se nos pasó en 2001 cuando terminó la promo de ‘Arriba y Abajo’, y que Kylie tiene un pésimo futuro como coreógrafa.