George Ezra acaba de publicar su tercer álbum de estudio, ‘Gold Rush Kid’, y todo apunta a que se va a marcar otro tanto en el mercado británico, con los midweeks dejándole en el #1 de álbumes rondando las 50.000 unidades en la primera semana, a falta del recuento de un par de días más. Será así su tercer #1 consecutivo en el Reino Unido, un mercado que no suele serle tan fiel a los artistas masculinos guitarrita al hombro, dejando a muchos en la estocada tras un par de álbumes de éxito. También es lógico: uno pierde la cuenta de cuánto cantautor random sale a la luz cada año. Lewis Capaldi, ve tomando nota.
El caso es que lo de George Ezra es particularmente curioso: tiene la voz y el aspecto de haberse podido marcar un Vicente ‘OT 3’ en toda regla y haber acabado siendo solo admitible por gente de edad avanzada que esperaba ver él la versión británica de lo que aquí sería un cantante de boleros tributo. George Ezra es, así a primera vista, un señor. Y sin embargo, su estela de éxito sigue viva: no sólo el disco va a triunfar, es que su último single, ‘Green Green Grass’, está rondando también el top5 británico de cara a esta semana.
¿Cómo se ha librado de que el público pase página rápidamente?
El encanto multitarget
El equipo de George Ezra ha sabido muy bien manejar la complicada tarea de dotarlo de una estética que reconoce el abuelo de la casa, pero también el amante de los festivales. De pronto va en traje, pero todo lo que le rodea es notablemente más cool. De pronto la estética es retro, pero es un retro de food-trucks que le apetece al veinteañero. De pronto está cantando con una voz grave que puede recordar a Tom Jones, pero con unas composiciones que nos llevan a BBC Radio 1.
De alguna manera ha conseguido equilibrar una complicadísima balanza que lo hace accesible para todos los públicos, y lo lleva a funcionar en streaming, pero ser también el regalo perfecto para unos padres. O para unos abuelos. O para tu hermana, que está aprendiendo ahora a tocar la guitarra.
La canción del verano, sea la fecha que sea
Esa balanza de la que hablamos también se deja sentir en el hecho de que Ezra combina lo grave de su voz con beats bastante más alegres, de modo que consigue un mix bastante rara avis en la que uno está dando palmas cuando tiene la sensación de que podría caer rápidamente en el mood de baile lento de prom. Ezra se ha librado de ese concepto de cantante de orquesta ofreciendo canciones del verano ya sea enero, junio o noviembre. La fecha es lo de menos si uno tiene la sensación de sentir la brisa marina en la cara.
El primer álbum nos dejó la primaveral ‘Blame It On Me’, pero a partir del segundo la cosa fue a saco con ‘Shotgun‘ o ‘Paradise‘, auténticas bombas para la cervecita playera y el flotar en una piscina con los auriculares waterproof puestos. El nuevo tema, ‘Green Green Grass’, nos transporta a otro momento de felicidad estival y buen rollo que ya se ha hecho marca de su casa.
Y considerando que esto va dirigido a un público británico, ávido de momentos playeros y disfrute, es un win en toda regla.
La acertada sucesión de hits
Parece una obviedad, pero esto es algo en lo que los artistas masculinos guitarra en brazo suelen olvidar: no exprimen los singles. No hay focus en ellos, sino en los álbumes al completo y en las giras. No es el caso de George Ezra, que hasta hoy ha seleccionado con bastante tino a los representantes de cada álbum. Y ese chorreo de bops ha mantenido los discos con vida y coleando en lo alto de las listas durante más tiempo.
Su segundo álbum le dejo doce Platinos en singles y un Disco de Oro, con cuatro top10s y un #1, el de ‘Shotgun‘, certificado seis veces Platino. El primer álbum, 7 Platinos y dos Oros en singles. Y no da la sensación de que la maquinaria vaya a detenerse demasiado si tenemos en cuenta el desarrollo de ‘Green Green Grass’.
El foco en cada tema, con vídeos a la altura y una promoción contundente en radios y eventos han sido clave también para que los proyectos de George Ezra no caigan rápido en el olvido.
