Justo al final del nuevo vídeo de El Fnde, una señora lo pilla corriendo por la calle y lo mira como pensando “qué la pasa”. Normal, porque en la escena que debía vomitar, lo que acaba echando es un lapo con textura de callos a la cazuela, pero poco más. Con lo cual, sigue sin limpiar su estómago y por ende, sigue estando malito.
Como en el resto del vídeo de ‘Heartless’, que es básicamente un resumen de un viaje suyo a Las Vegas -la ciudad, no las de ‘Street Fighter’- en la que El Fnde no va muy fino. Está malito. Tiene un mal viaje. Y no un mal viaje como cuando te toca coger la carretera a Burgos y dice “buah, que mal viaje”. Un mal viaje más como cuando a Albert Rivera se coge un puente aéreo para ver a Malú. Bueno, pues el que tienen después, una vez ha aterrizado él y llega la noche.
El Fnde se pasea por la ciudad de las luces de aquella manera, mirando a los focos cual si fueran ellos Selena Gomez, caminando por las calles como si hubiera entrado en esa atracción de feria que da vueltas y en la que arranca el número final de ‘Grease’, jugando en un casino como su aquello fuera un Monopoly y fumando cual si fuera Marisa en ‘Aquí No Hay Quien Viva’ en vez de Usher de los modernos. Este último es más dado ha tener ETSs que paquetes de tabaco, la verdad.
Seguramente tengamos un segundo vídeo de The Weeknd entre manos en cuestión de días, porque recordemos que ha lanzado sus dos canciones de siempre: la del factible anuncio de colonia, esta, y la bailable –‘Blinding Lights’-. Esperemos que su vídeo sea la continuación de este, y sepamos qué ocurrió al final con la señora que se cruzó en su camino: ¿tendría la bondad de llamar a una ambulancia o iba tan cargada con las compras de Aldi que simplemente pensó “bah, otro borracho, sólo que este con gafas buenas”?
