Imagina que una noche quedas con los amigos para tomar unas cervezas. Imagina que es 2019 primero, ya sabemos que ahora sería una locura imaginar lo que vamos a contarte. Estamos hablando de cuando el mundo era mundo, Loquillo era hostil y el resto todavía podíamos comunicarnos sin acabar con laringitis por tratar de que el mensaje se superpusiera a la tela. Volvamos: es 2019 y quedas con tus amigos para unas cervezas.
Y llega uno de tus amigos, llamémosle hipotéticamente Dani Fernández, que es quien iba a traer las cervezas, pero al final lo que ha traido es Jager, vodka y pocos síntomas de haber duchado en las últimas seis horas. Casi al mismo tiempo aparece por la puerta otro de los amigos invitados, llamémosle hipotéticamente Pez, que tenía que traer los hielos y los vasos, pero lo que ha traido son unas copas de cristal de bohemia y unos moldes de hielo con forma de figurita de Lladró. Dani y Pez no tienen demasiado en común, pero tres horas después, van a ser los mejores colegas a causa del etilismo.
♫ podéis escuchar este y otro puñado de hits en nuestro a-list de spotify ♫
Y van a grabar una canción. Y se va a llamar ‘La Noche Suena’. Y van a escaparse en un autobús de línea al extrarradio de tu ciudad a rodar un vídeo en el que tu amigo Dani va a tratar de mantenerse en pie con ayuda de varias paredes y tu amigo Pez va a fingir que puede seguirle el ritmo porque ni es tan mayor ni está tan acostumbrado a tomarse unos mostos con olivas como dice su fama por el barrio de Salamanca.
Y así, juntos los dos, cerquita de Dios, será lo que soñaron: un poco de actitud rock & roll que cuela según el momento, un mucho peinados casual que no lo son tanto, y un tema que hubiera brillado más si David Otero no hubiera intentado moldearlo para radiofórmula. Pero también le entendemos, en el fondo.
