Celine Dion es un auténtico y preciado ejemplo de lo que es una auténtica mamarracha, en todo su esplendor, y la única acepción que conocemos para la palabra, la que expresa todo lo bueno que una estrella del pop ha de ofrecer al mundo. Celine ha estado siempre más loca que cuerda, ha hecho declaraciones de auténtica demente, puesto caretos, llevado modelitos extravagantes y se ha aventurado a los challengues más ridículos y las presentaciones más divertidas. Todo esto, envuelto en una discografía que dista mucho de esa imagen, que la vende como el icono de elegancia y sobriedad que jamás ha sido fuera del plano musical.
Por eso mucha gente está confusa estos días. Porque a Celine le pasa un poco como a Adele, es la mujer triste que canta baladas y que tiene una gran voz y lleva vestidos largos de pedrería. Y nada más lejos de la realidad: ni la una ni la otra se quedan estáticas en ese patrón tan Leona Lewis, tan soso, tan antigua estrella que se toma demasiado en serio. Las dos son y han sido siempre mucho más divertidas que los clásicos que han ido grabando.
Precisamente por eso, como decimos, la gente está a cuadros con el vídeo que Vogue ha publicado de Celine Dion llevando alta costura. Y es que en las últimas semanas, Celine es noticia por vestir estrafalarios conjuntos en su gira, aunque de hecho, lleve años haciéndolo. En su última sesión de Vogue ha aprovechado para lucir unos cuantos más y hacer el gamberro durante el photoshoot, y por fin, años después de que Celine empezara a comportarse como una mamarracha, el mundo la ha aceptado como tal.
