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Britney Spears estalla ante la juez: «No soy feliz: es mentira. Mi padre y mi manager deberían estar en prisión.»

Britney Spears estalla ante la juez: «No soy feliz: es mentira. Mi padre y mi manager deberían estar en prisión.»

Britney Spears ha hablado ante la juez de su caso de tutela por primera vez en años y las declaraciones no han dejado títere con cabeza. Sabedora de que la prensa estaría al tanto de sus palabra, puesto que la vista era pública, Britney Spears ha aprovechado para cargar contra su familia y su management, exponiendo las barbaridades a las que ha sido sometida en los últimos años.

https://youtu.be/iVrhKBhMrEI

La exposición de la cantante ha empezado con los abusos contractuales de los últimos años:

«En 2018 me obligaron a hacer un tour. El management podía demandarme si no seguía con el tour, que no quería hacer. Al salir de Vegas me dieron un papel para firmar, y sino tendría que buscarme un abogado. Con la tutela, no puedo tener mi propio abogado, de modo que por miedo, firmé e hice el tour. 

Al volver del tour empezaba otro show en Las Vegas porque me indicaron que era el momento y que así iba a ser. Dirigía el espectáculo yo misma, enseñándoles las coreografías a mis bailarines. Estaba genial. Es gracioso que mi management diga que no estaba participativa y no me tomaba la medicación. Mi medicación se toma por las mañanas, nunca a la hora de los ensayos, con lo que cómo iban a verme. 

Si decía que no a un paso de baile, se decía que no estaba cooperando. Mi equipo de baile y management se reunió en un momento en una habitación a puerta cerrada durante 45 minutos. Mi manager llamó a mi psicólogo y le dijo que no estaba cooperando y no estaba medicada. Lo que es absurdo porque durante ocho años, la misma mujer se ha encargado de darme mi medicación y no estoy en absoluto cerca de esta estúpida gente cuando lo hago. «

También ha hablado de sus problemas de salud mental y de cómo el cambio de medicación, a una mucho más abusiva, la perjudicó profundamente. Aquí empieza a hablar del maltrato a la que su familia la somete:

«Poco después me dijeron que no tenía que seguir con el show en Las Vegas, que fue como quitarme un enorme peso de encima. Pero mi terapista llamó diciendo que lo habían llamado muchísimas veces diciendo lo de la medicación y cooperación. De pronto me recetaron litio. Me quitaron la medicación que llevaba tomando cinco años y me recetaron litio, que es una medicación muy fuerte, que puede dejarte incapacitada si la tomas en exceso o estás medicada más de cinco meses con ella. Cuando la tomaba estaba como borracha. No podía hacer nada por mí misma.

No podía tener siquiera una conversación con mis padres. Les dije que tenía miedo, que había seis enfermeras diferentes conmigo por la medicación, que venían a casa y se quedaban conmigo, que me monitorizaban para ver cómo iba la medicación. Una medicación que yo no quería tomar, para empezar. No podía coger el coche ni ir a ningún lado, durante un mes. Mi familia no sólo es que no hiciera nada, es que mi padre estaba totalmente a favor. Todo debía estar aprobado por mi padre y mi familia no hizo absolutamente nada.»

Durante las vacaciones, que estuve con mis hijos, una mujer venía todos los días y me tuvo sentada durante cuatro horas diarias para hacerme una evaluación. Entonces llamó mi padre, diciendo que había fallado la evaluación y que debía ir a Beverley Hills a un centro de rehabilitación para un pequeño tratamiento por el que pagaría 60.000 dólares. Lloré por teléfono durante una hora, y mi padre lo disfrutó. Disfruta del control que tiene sobre alguien con poder como yo, su propia hija. Lo goza al mil por cien.»

Su experiencia en el centro de rehabilitación es uno de los puntos fuertes de la sesión. Ingresada contra su voluntad, con un problema de claustrofobia, Britney Spears sentía que su padre estaba abusando de su poder al obligarla a ir allí:

«Estuve allí encerrada, rodeada de gente que me veía desnuda continuamente, mañana, tarde y noche. No tenía privacidad en ningún momento, ni siquiera una puerta. Debía hacer sesiones de diez horas diarias con la gente que estaba allí porque amenazaban con que no pudiera ver a mis hijos o mi novio de lo contrario. 

Le he dicho al mundo que soy feliz. Es mentira. Lo he repetido para probar a ver si diciéndole mucho se hacía una verdad y me volvía feliz. Estoy traumatizada, estoy en shock. Pero ahora te digo la verdad: no soy feliz, no duermo, es de locos lo enfadada que estoy, estoy deprimida, lloro diariamente. El motivo por el que digo esto es que no entiendo cómo el Estado de California tiene esto escrito en la documentación de la última vez que estuve aquí y no han hecho nada. 

Mi padre, cualquiera involucrado en esta tutela y mi management debería estar en la cárcel. No se han tomado medidas con la nueva generación cuando han hecho algo mal, ahí ha estado Miley Cyrus fumando porros en la gala de los MTV. Y yo, que he estado siempre tratando de hacerlo todo bien, de estar guapa, perfecta, haciendo lo que mi ignorante padre pedía… Mi padre sólo tiene un papel porque trabaja conmigo. Esta historia le ha dado a mi padre y esta gente demasiado poder. Ni siquiera bebo alcohol. Y debería beberlo, considerando todo lo que he pasado.»

La cantante explica también por qué no ha hablado antes con la juez. Aclara que la última vez no se sintió escuchada y que no cree que la gente vaya a creer su versión de los hechos:

«La última vez que hable con usted sentí que había muerto. Sentí que no importaba, que estaba mintiendo o algo. Lo vuelvo a contar para ver si ahora se entiende la gravedad de lo que hicieron, el daño que me han hecho en este tiempo. Merezco que haya cambios. Me dijeron que si quería acabar con la tutela debía someterme a otra evaluación. No creo que me lo merezca, no creo que deba pasar por otro momento en el que alguien me ofenda evaluando mi capacidad intelectual de nuevo para ver si debo seguir en esta estúpida tutela. He hecho más que suficiente.

No quería contarle esto a nadie porque no pensé que me creería. ¿La historia que contó Paris Hilton? No me creí nada, y pensé que a la gente le ocurriría lo mismo conmigo. Dirían «está mintiendo, lo tiene todo, es Britney Spears.» No miento. Han pasado 13 años y es más que suficiente. Quiero que todo esto termine. Sin una evaluación. Y me encantaría demandar a mi familia, para ser totalmente honesta con usted.

Y me encantaría poderle contar al mundo lo que me pasa en vez de mantenerlo como un secreto que les beneficia a todos ellos. Necesito que usted me de permiso para hacer una entrevista y exponer todo lo que me ha ocurrido y quién ha tomado parte en ello. Ni siquiera necesito una entrevista, en realidad, simplemente que la prensa lo sepa, cosa que no sabía que haría hoy, de modo que gracias. Toda mi familia hace entrevistas para medios contando esta historia y me hacen sentir estúpida, no puedo abrir la boca para decir nada.»

A lo largo del último año, Britney Spears ha estado informándose de la situación de otras tutelas en el país, y viendo qué se ha hecho con ellas. Además, aclara que quiere ir a terapia, pero no de la forma en la que la están obligando a recibirla:

«Sé que ha habido jueces que han terminado tutelas sin hacer evaluaciones extra, y es lo que pido. Sólo no ocurre si algún familiar se opone. Que, considerando lo que mi familia ha hecho durante 13 años, tampoco sería de extrañar, vendrían a decir: «no, no podemos acabar esto, debemos ayudarla». Especialmente si saben que hablaré de lo que han hecho.

Estoy yendo a tres sesiones de terapia por semana, me gustaría volver a una por semana, no me siento cómoda hablando con personas a las que no conozco. No me gusta la gente, le tengo miedo. No tengo privacidad, el otro día los paparazzi me sacaron llorando a la salida de la terapia. Merezco algo de privacidad cuando voy allí. He rogado a mi familia poder hacer las sesiones en casa para tener privacidad. No quiero tener cinco paparazzis riéndose en mi cara mientras me sacan fotos llorando a la salida de terapia. Quiero que mi terapista venga a casa porque… realmente reconozco que la terapia sí la necesito. 

No debería estar tutelada cuando soy capaz de trabajar por mí misma y pagar el sueldo de gente que trabaja conmigo. No tiene sentido. ¿Que sentido tiene? ¿Cómo puede ser que alguien haga dinero, pero se le diga que no puede usarlo bajo amenazas del tipo «si no haces lo que queremos, no tendrás dinero para hacer lo que quieres»? ¡Si les pago yo!» 

También explica que no es sólo su padre quien la engaña y que necesita vivir su vida porque lleva años trabajando para conseguirlo. Habla de formar una familia y agradece a la juez poder hablar con ella:

«Durante la era Covid, mi madre me dijo que no habría servicios de tratamientos personales. Después me enteré de que ella iba al spa dos veces por semana. Yo estuve sin peluquería o hacerle las uñas durante meses, y veía a la gente en mi casa que se los hacía varias veces por semana. Mi madre me hizo sentir exactamente igual que mi padre, con una dinámica diferente. Toda esa gente necesita entender que realmente están trabajando para mí. No me dejan ver a mis amigos, que viven a ocho minutos de casa, ni me dejan ir en el coche con mi novio. Quiero que esto termine.

Quiero tener una vida real, quiero poder casarme y tener un hijo. Con la tutela no tengo permiso para ello, tengo un DIU dentro de mí ahora mismo para no quedarme embarazada, pero mi equipo no me permite ir al médico a quitármelo, porque no quieren que tenga más hijos.

Básicamente, esta tutela me hace más daño de lo que me ayuda. He trabajado toda la vida y merezco tener mi propia vida. Ojalá pudiera estar al teléfono mucho más rato, porque en cuanto cuelgue me siento rechazada, me siento agredida… de modo que quiero agradecerle que me haya permitido hablar con usted esta vez.»

Una declaraciones que, a pesar de lo previsible -ya sabíamos que Britney no estaba contenta con toda la situación-, no dejan de dejarnos a todos absolutamente en shock. No sólo en lo profesional, sino también por lo personal. Al menos Spears ha desmontado el negocio completo de la familia: ni la mitad de lo que aparece en sus propias redes es cierto, ni abandonó su última residencia en Las Vegas por la salud de su padre, ni es feliz rodeada de quien la rodea. Ahora conseguimos entender algunos de los episodios de la artista en su relación con el público los últimos años.

E incluso el hecho de que no tenga pensado volver a los escenarios. Seguramente no, al menos, hasta que pueda hacerlo por su propia cuenta.

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