Culminamos nuestros análisis eurovisivos del año revisando lo bueno y malo de las actuaciones de los cinco países directos a la final y el ganador del pasado año, Suecia.
🇪🇸 España
Título y artista: ‘Zorra’, Nebulossa
Lo bueno: El espíritu de revista mezclado con Raffaella Carrà. El mensaje empoderador de la canción llevado a una propuesta bailable, con humor, divertida y que se ha traducido bien en el escenario a pesar de su discutida y discutible puesta en escena. Lo ha hecho gracias a una Mery que ha ganado muchísima seguridad desde Benidorm y dos bailarines que han echado el resto desde el primer día. La entrega del público.
Lo malo: El punto cabaretero tenía algo de casposo que no conseguimos llegar a superar de camino a Eurovisión. El ritmo de la canción, su mood ochentero y su reivindicación estaban por encima de ese terciopelo rojo que lo inundaba todo en exceso. Que las cámaras no enfocaran más tiempo en planos cercanos a Mery, porque en los generales -que fueron unos cuantos- se perdía la magia de ‘Zorra’.
🇮🇹 Italia
Título y artista: ‘La Noia’, Angelina Mango
Lo bueno: La canción, que nos lleva al mediterráneo estival, a una cena con amigos en una terraza, al disfrute playero pero más de paseo marítimo que de tocar arena. El perfectísimo directo de Angelina, que ejecutó la canción tan bien que parecía otro francotirador más de la zona.
Lo malo: Fue todo muy oscuro incluso cuando, en este último pase, quisieron darle algo de luz. Al menos se cambió de vestuario, porque el de las mangas tatuadas de la semifinal era un cristo que hacía que la performance pareciera de unas cabezas flotantes en medio de un rosal. La coreografía tampoco funcionó, esto pedía más espíritu Lena de confiarlo todo al buen hacer de su intéprete.
🇬🇧 Reino Unido
Título y artista: ‘Dizzy’, Olly Alexander
Lo bueno: La puesta en escena, uno se pasa un rato tratando de descifrar cómo están haciéndolo exactamente. La referencia homoerótico-decadente de los visuales y la entrega del propio Olly, aunque no diera los frutos esperados..
Lo malo: Si la mayor parte de los países apoyan la voz en un backing track, ¿por qué dejó Reino Unido que Olly se ahogara tanto durante la performance? Posiblemente fue el directo más dubitativo de la gala. El final, fuera de la caja, debía ser algo épico pero lucía peor que la parte de dentro.
🇫🇷 Francia
Título y artista: ‘Mon Amour’, Slimane
Lo bueno: La canción podía caer en algo profundamente hortera y Francia se las arregló para darle una puesta en escena que, con un pie aún en la horterada máxima, fue funcional gracias al minimalismo. Vocalmente fue una gozada y la canción, dentro del cliché francés que es, era preciosa.
Lo malo: La parte de cantarle al micrófono a dos kilómetros de distancia. Es que es absolutamente pretenciosa y el público ya está viendo la potencia vocal durante la interpretación del tema. No era necesario.
🇩🇪 Alemania
Título y artista: ‘Always On The Run’, Isaak
Lo bueno: Que este año fuera a darle a Alemania una de sus pocas alegrías de los últimos tiempos no lo vio venir nadie. Isaak tiró de voz rasgada para hipnotizar al público de radios, al ávido de balada de Bon Jovi, al romántico que pide cita en Ginos para celebrar un aniversario.
Lo malo: Francamente, lo demás. La canción era de un genérico rotundo y la puesta en escena era un completo absurdo con muchísimo fuego. Isaak tenía que estar asado, el pobre.
🇸🇪 Suecia
Título y artista: ‘Unforgettable’, Marcus & Martinus
Lo bueno: La construcción del tema como banger, que sirve para convencer rápidamente a un amplio público, ya sea entre el jurado o en el televoto. En el caso de anoche fueron más los primeros que los segundos. La escenografía era espectacular, las cosas como son. Todo muy medido.
Lo malo: 49 puntitos de televoto dejaron claro que la canción, ‘Unforgettable‘, lo que es ‘Unforgettable‘, no era. Suecia se lo jugó todo a la puesta en escena, pero habiendo abierto la gala y con tanto despliegue técnico durante la misma, no dejó el impacto que se consideró tan obvio en su preselección.
