Había ganas de ver a Beyoncé en directo y no únicamente porque cada uno de sus tours haya sido una experiencia para sus seguidores. Es que la artista llevaba desaparecida desde el momento de lanzamiento de ‘Renaissance‘, que no ha tenido vídeos, ni promoción alguna hasta la salida del tour.
Bueno, y aquel concierto en Dubai, que era otro de los motivos por los que queríamos verla en director en el nuevo show. Aquel discutido evento, en el que las grabaciones estaban aparentemente prohibidas, terminó llegando igualmente a las plataformas de vídeo. Y saltaron las alarmas: Beyoncé se movía bastante poco y con alguna dificultad, aparentemente fruto de una cirugía que tuvo que realizarse. Algunos dices que en el pie, otros que en la pierna. El absoluto hermetismo de la artista con su vida privada ha impedido saber cuál es la respuesta correcta.
Y así llegábamos a la primera de las paradas de su nuevo tour, Estocolmo. Y descubrimos en el arranque de la gira que Beyoncé, efectivamente, ha renunciado en gran medida a bailar. Pero haya calma: tampoco es que esté en modo Dubai, como si fuera Belén anunciando productos de ‘Sabores De La Esteban’ después de romperse el tobillo. No está tiesta. Ni muchísimo menos estática.
Beyoncé bailar, baila en el ‘Renaissance World Tour’. Sólo que de forma muchísimo más medida. Sí marca pasos, sí se pasea con contundencia y se mueve en bastantes números, pero no esperéis un show del estilo del ‘Homecoming‘, porque no se da.
Para compensar, lo que sí hace la artista es cantar bastante más. De hecho, contra todo pronóstico el ‘Renaissance‘ no abre con espíritu club, sino con cinco baladas consecutivas: ‘Dangerously In Love’, ‘1+1’, ‘Flaws And All’, ‘I Care’ y un cover de Mary J Blige.
Pasado ese tramo, es cuando ya le dedica tiempo a su nuevo álbum. Y vaya si se lo dedica: los 16 tracks del disco suenan durante el concierto, acompañados de cinco temas de ‘4‘, tres de ‘Dangerously In Love’, dos de ‘B’Day’, ‘Sasha Fierce’, ‘Beyoncé’ y ‘The Gift’ y sólo ‘Formation‘ desde ‘Lemonade‘. Además suenan otros cuatro cortes de fuera de álbumes. Un total de 37 temas en su primer directo.
Beyoncé se pasea por todo el escenario, estrena lo mismo outfits galácticos que de club marbellí, interactua con aparatos tecnológicos y en general vende mucha future nostalgia. El mood, no el álbum de Dua Lipa como tal.
No sabemos si sus recortes en coreografía se deben a esa comentada lesión o a una decisión de la propia Beyoncé para ir allanando el terreno a su futuro: aún es joven, pero si va a acostumbrando al público a esa fantasía muy Minogue de marcar cuatro pasos y dejar que el equipo de baile haga el resto, eso que saldrá ganando en una década.
