Rosalía está dispuesta a hacer que ‘Motomami’, su tercer álbum de estudio, sea todo una experiencia visual. Y hace bien, a tenor de lo que vemos en ‘Chicken Teriyaki’, el último single desvelado del proyecto. Aunque en realidad también pudimos verlo en ‘Saoko’, cuyo vídeo impulsaba bastante a la canción. Pero si esa producción anterior contaba con algún hook extra, el interludio jazzy y algunas frases Rosaliescas que aportar al imaginario de su música, esta vez lo que firma es un vídeo fantástico, pero una canción que depende de él de principio a fin. Porque sin vídeo no hay nada que sostener.
Es un reguetón con elementos electrónicos, previsible, tedioso para cuando se cruza la barrera del minuto y medio y que no cuenta con ningún elemento en su segunda mitad que recupere al oyente. Es simplemente lineal y aburrida. Y sí, tendremos lo de “pa ti, na’ aquí, Chicken Teriyaki” en la cabeza, pero también tuvimos lo de “tengo gambas, tengo chopitos, tengo croquetas, tengo jamón” y nadie creyó que la ONCE fuera a ganar un Grammy por aquello. Aunque pensándolo bien…
‘Chicken Teriyaki’ es un TikTok de dos minutos y cuarto y punto final. La canción hay que imaginársela mientras se escucha el TikTok en cuestión. Pero Rosalía salva los muebles, como decimos, con el vídeo oficial del tema, que se come todo lo demás. Arrasa con el resto. Presentado como un ‘Fama’ de la Generación Z, Rosalía baila más que nunca y demuestra su capacidad rítmica en una clase de lírico con Marbelys, con taconazo, bien de efecto mojado y un outfit que deja a los alumnos de ‘Un Paso Adelante’ como monjas de la caridad. Sus morenitas muchachitas les mean en la cara, que dirían Las Bistecs.
Los aesthetics, planos, coreografía y actitud, todos nuestros dieces. Hubiera sido un escándalo que todo esto se hubiera acompañado de una canción. Alguna. La que fuera.