España ha obtenido en 2021 el segundo peor resultado de las últimas dos décadas en Eurovisión: apenas 6 puntos de jurado y un cero rotundo del televoto. Un cero que se ha repetido este año incluso en cuatro ocasiones en la tabla, afectando especialmente al Reino Unido, que se ha quedado sin puntos en total porque tampoco ha obtenido apoyo del jurado. El resultado de Blas sólo queda empeorado por los 5 puntos de Manel Navarro en 2017, en 26ª posición aquel año. España cierra 24ª este año, por encima de Alemania y el país de James Newman.
A pesar de ello, Blas Cantó puede estar tranquilo porque su actuación, porque lo que es a nivel personal, ha sido estupendo. Se la ha dedicado a su abuela, que falleció por Covid -un dato que igual no le habéis escuchado mencionar en las 436 entrevistas de la última semana- y ha habido momentos en los que parecía que la emoción iba a írsele de las manos. No ha sido así y se ha ido viniendo arriba hasta el falsete final de ‘Voy A Quedarme’, acompañado ya de la inmensa luna del escenario.
Una luna que en los ensayos pintaba a tener mayor protagonismo y que, la verdad, lo ha ido perdiendo con el paso de los días: ni fases de la luna, ni luna roja al final de la canción. Ha quedado como un elemento decorativo en la performance, centrada en lo que debía: Blas Cantó, que era su mejor baza en la noche.
España ha fracasado, un año más, pero su representante puede volverse de nuevo con la cabeza alta de Rotterdam. El tema de la delegación en sí es otra historia: en los últimos 20 años, España ha quedado por debajo del 20 en 11 ocasiones. Y ha sido top10 en dos. Ahí queda.
