2010. Lady GaGa y La Beyonsebe revolucionaban el mundo del pop con ‘Telephone’, cuyo vídeo prometía una continuación que jamás llegó. Por no llegar, no llegó ni una aparición conjunta sobre algún escenario.
2020. Lady Gaga y la orgullosa cantante de color Ariana Grande no revolucionan el mundo del pop con ‘Rain On Me‘, pero sí lo animan bastante, y tampoco prometen continuación alguna en su vídeo para ahorrarnos futuros disgustos.
Y francamente, porque el vídeo de ‘Rain On Me’ tampoco admite continuación alguna así de primeras. Ni sigue una narrativa espectacular que mantenga a la audiencia enganchada. Es básicamente un clip de baile con algunos elementos simbólicos por el medio, mucha inversión en CGI y agua suficiente como para rellenar el Mediterráneo en caso de que el cambio climático lo convierta en el nuevo Gobi.
Podéis escuchar este y otro puñado de hits en nuestro A-List de Spotify:
En el clip de ‘Rain On Me’ llueve más que en una película de los asesinatos del Baztán, más que en la imaginación de Ruth Lorenzo en Eurovisión, llueve más que cuando el Katrina. Y esa lluvia no sólo es acuática, ojo, que también llueven puñales -que de eso va un poco el tema, de que se los van a pasar por rajeta de todo su ‘Judas’- y terminan clavados en el muslamen de Lady Gaga. Pero tranquilos, no tocan fibra importante alguna y la cantante se da al baile.
Ella baila apuñalada, baila mojada, y baila como tenga que bailar, mientras que Ariana demuestra que sus extension es están hechas con plumas de oca, y ya puede caer ahi la de Dios es Cristo que su cabellera continuará absolutamente impermeable. Lluvia cae, lentamente sobre ella, pero qué más da, si con coleta es feliz. Y sin también, que es un raro acontecimiento, vemos a Ariana con la peluca de pelo suelto. Incluso con una kilométrica muy pelo de ‘Sailor Moon’ también.
La era ‘Chromatica’ sigue adelante reforzando sus visuales otakus y tinte rosado y Ariana ha sido una buena aliada en todo este proyecto.
