Se anunciaba como triple colaboración y es básicamente un tema de Ariana Grande en el que Miley Cyrus y Lana Del Rey pintan bastante poco. Es más, ni siquiera es un tema de Ariana Grande especialmente interesante. Y es más, Ariana necesita echar el freno a una fórmula que de tanto lanzamiento muestra síntomas de lógica asfixia. Es complicado disfrutar en condiciones de ‘Don’t Call Me Angel’ precisamente por su omnipresencia.
Miley Cyrus y Lana Del Rey comparten planos del vídeo oficial, con todas ellas ejerciendo de espías agresivas y modelos de ‘Victoria’s Secret’ al mismo tiempo, pero no comparten en absoluto el protagonismo de la canción. A Miley le han dado un verso cantado, encorsetado entre los de Ariana, para que mientras suena se monte su propio ‘American Life’ y quede como la chunga del grupo.
La elegancia ghetto la pone después Lana con un verso hablado bastante cortarrollos -ya augurábamos que su fórmula no encajaría demasiado bien en el single-, haciendo el playback tumbada y lanzando cuchillos a la entrepierna de un maniquí.
Podéis escuchar ‘Don’t Call Me Angel’ y otro puñado de hits en nuestro A-List de Spotify:
Y de mientras, Ariana ejerce de Ariana en su máximo exponente. La lencería, las alitas, el enfoque siempre de lado, el labio leporino que a este paso va a dar la vuelta al mundo como siga ganando volumen… en fin, que lo menos interesante del clip es lo principal del mismo. Confirmamos, pues, y no dejándonos llevar por la nostalgia, que esto tiene poco de ‘Independent Women Pt. 1’.
Sí, está el mensaje guerrero feminista, el empoderamiento, la unión, y el hecho de que, igual que en 2000, una de ellas lleva la voz cantante en el tema. Pero a ‘Don’t Call Me Angel’ le falta punch, le falta contundencia, le falta que las dagas no sólo vuelen en lo visual, sino también en lo musical. Para ser la unión de potencias como Cyrus, Grande y Del Rey, no es que los nuevos ‘Charlie’s Angels’ anden a medio gas, es que Repsol les ha cortado del todo el suministro.
