Calvin Harris ha vuelto a estar en una de esas épocas en la que no da puntada sin hilo, y su nuevo single, ‘Promises’, está a punto de darle su octavo #1 en el Reino Unido -si las cosas no se tuercen por sorpresa como la pasada semana- . El productor y el cantante de clásicos como ‘Have Yourself A Merry Little Christmas’, que Judy Garland tuvo a bien versionar 48 años antes de su nacimiento, se dan la mano en una canción de inspiración club vintage, como la que ya tenía ‘One Kiss’, y han dando en la diana igual que lo hizo el single junto a Dua Lipa.
Ahora, ‘Promises’ cuenta con un vídeo en condiciones, y uno que además, también acierta, al rendir homenaje a la cultura de clubbing y voguing que originalmente fue cuna de este tipo de sonidos. Rodeados de club kids, los británicos se marcan un vídeo de lo más neoyorkino en el que no falta de nada: la modelo que posa en cualquier situación, la batalla de voguing -el vídeo arranca con una explicación del fenómeno, de nuevo en boga en el entorno LGTB-, la pasarela con flashes y la ciudad de fondo, las toneladas de confeti que haría a Loreen morir de la tos, y los momentos aesthetic en los que sale gente, por ejemplo, cepillándose una oxigenada peluca.
Y Sam Smith, claro, como pez en el agua: se deja querer, se anima a bailotear rodeado de gente -aunque no a hacer voguing-, se toma sus cóctel, cruza la pasarela cuando si fuera él Juan Antonio en la única gala en la que pudo, y disfruta del éxito de la canción. Calvin Harris, pues bueno, aparece aquí y allá apoyando en paredes, porque su música sí, pero tampoco ha sido nunca el alma de la fiesta, no al menos desde que se volvió guapo hace unos años.
