Luis Fonsi ha entrado en bucle en busca de un hit del verano anual, cual si fuera él el nuevo David Civera, y no tiene ojos para otros proyectos: ni nuevo álbum, ni baladas marca de la casa, ni esfuerzos por recordar su anterior catálogo. Vamos a vivir esta década de los restos de ‘Despacito’. Una declaración de la renta a devolver anualmente, que esta vez llega con una paga envenenada, su nuevo single, ‘Calypso’.
Y es que ‘Échame La Culpa’, con Demi Lovato, volvía a dar en la diana: Fonsi recuperaba y modernizaba el rollo Pimpinela con una estrella en racha, con hooks non-stop, con un estribillo memorable, y firmaba un bop casi a la altura de su brillante ‘Despacito’, que seguirá en la retina del público general hasta después de nuestras muertes, pasado mañana mismo tras ingerir sin querer gasolina en vez de café.
Pero esta vez, tirando de colaboradora reggae, la cosa le ha quedado de un Rasel Feat. Danny Romero que ni él puede llegar a creerse, por lo que ha intentado disimular el espanto de tema con un vídeo repleto de color que centre la visión de la gente en el verano, en el despiporre, y en poder bailar esto de madrugada, con cuatro copas encima, sin prestar demasiada atención a lo que es realmente. Vamos, que si les pones esto bien, y si es una de Pitingo también.
Y es que ‘Calypso’ es un mess épico: esa base midi que parece sacada de la biblioteca GarageBand de cualquier artista de segunda de España, dígase Rebeca como dígase uno Pep’s Music, ese corta y pega de partes de la canción que hacen que el ritmo se detenga de pronto, ese estribillo de Armenia yendo de latina en Eurovisión… ese arranque que tarda horas en llegar.
No queda ‘Calypso’ ninio, solo Masibón.