Europa sigue en la busca de su momento Super Bowl, pero igual que los americanos no encuentran su Eurovisión y emiten el nuestro con un puntito de envidia, pues nosotros tenemos que conformarnos con montar un espectáculo en la final de la Champions que no deja de parecer un poco crafty e improvisado.
Que oye, para nada fue culpa de Dua Lipa, que estuvo tan fantástica como totalmente ahogada durante sus seis minutos de actuación, pero es que de donde no hay, no se puede sacar, y los del fútbol no ayudaron demasiado a nivel iluminación o apoyo técnico. Así que no es de extrañar que Dua Lipa siga teniendo cara de estudiante con hiperactividad al que han recetado una pastilla diaria de más. Durante la actuación completa, excepto con Sean Paul, que le da buen rollito, y le saca una sonrisa. ¿Veis como lleva una pastilla de más? ¿Quién en su sano juicio no se lleva las manos a la cabeza cuando sale Sean Paul en cualquier lugar?
A pesar de todo, Du Lupí aprovechó sus seis minutos delante de más de 300 millones de espectadores -aproximadamente- para recordar los hits que la han llevado a ser una de las caras más frescas del pop actual. No literalmente, obvio, porque la cara es la que es:
Sonaron ‘IDGAF’, ‘Be The One’, ‘One Kiss’, aquel tema con Sean Paul que a nadie le importa y con el que la gente fue a hacer pis, y por descontado, ‘New Rules’, donde Dua se vino arriba -sin cambiar el gesto- y se puso a saltar como una loca. Con aquella banda que le colocaron detrás, porque es obvio que Dua Lipa necesita una banda para un espectáculo como este. Sin la banda no hubiera sido lo mismo: imaginad los girasoles gigantes y las cintas de colores sin que el batería estuviera en el medio.
