Cuenta Zahara en el post de Instagram que en el que ha anunciado la salida de Demasiadas Canciones que al día se publican más de 120.000. De la cuales, me juego el cuello, 86.413 corresponden a colaboraciones de Myke Towers. Si alguna vez tenemos que culpar a alguien de la contaminación que generan los servidores de la música en streaming, ese es Myke Towers. De las, digamos, 30.000 diarias restantes, Zahara es culpable de una más, el último de los adelantos de Lento Ternura, que se lanza al mundo con una selección de singles, digamos, curiosa. Dos canciones más, erm, melódicas digamos -aunque las melodías de Zahara en este último año sean un tanto Bjorkianas, y otros dos temas con un hook de gatos maullando y un hook perpetuo que no es realmente hook, sino una frase en repeat. Me refiero al tema de este post, claro.
Demasiadas Canciones sigue un poco la estela de Esto No Es Una Canción Política. La Zahara que se pasa por el forro el título del tema para ofrecer exactamente lo opuesto y abrazar una incoherencia en la que caemos todos. En este caso, la artista aprovecha para cargar contra el exceso de inputs que tenemos en la industria: ya no solo porque las canciones nos lleguen como un tsunami, sino también por el exceso de podcast en el que no se dice nada o, de llevarse a Ainhoa Cantalapiedra, se dice todo el rato lo mismo añadiendo cada vez mayor fantasía; de números que pocos saben interpretar porque Spotify te los planta en la pantalla y todo resulta celebrable en un plató de Emma García; de Festivales en los que de haber una mujer es la propia Zahara y si no acaban plantando una peluca al cantante de alguna banda indie reunida tras ocho años de silencio para mostrar algo de diversidad; de señoros al mando de una industria que se queja de señoros al mando.
Demasiadas Canciones se apoya en un vídeo bien feito -porque esta era también va de hacer contrastes entre lo cuco de los vídeos de las melódicas con lo trashy del otro par-, en el que Zahara juega a los autos de choque como si fuera un videojuego.
Lento Ternura, el disco completo, se pone a la venta el 21 de febrero.
Será tu rollo si: te has despertado con ganas de ponerte una ginebra mientras realmente estás con un Cola Cao; te quejas del fast fashion con el Shein colgado de la barra de favoritos; acabas de comprar entrada para un Festival que tiene a una banda rock con dos hits en 1997 como cabeza de cartel.