El surrealismo se ha apoderado de los Premios Oscar durante un rato. Pero de qué manera, además, porque probablemente ha vivido su momento más vergonzante en casi un siglo. Will Smith se ha subido al escenario y ha propiciado un puñetazo a Chris Rock. Así, directamente.
¿El motivo? Aparentemente, porque el cómico había hecho una broma sobre que Jada Pinkett Smith se parecía a la Teniente O’Neill con la cabeza rapada. El comentario se ha sumado a una serie de comentarios sobre la pareja abierta que mantienen y a otros en los que años anteriores han recibido por parte de Rock. Una serie de pullitas de humor que no le han sentado bien a Jada y a las que Smith ha respondido de la manera más bochornosa posible.
Y es que al principio podía haber parecido un sketch preparado, especialmente porque a Will Smith no le pega nada este tipo de situaciones y conoce muy bien el showbizz, pero la reacción de Chris Rock segundos después del altercado no dejaba lugar a dudas: el golpe había sido real y fuera de guión. El cómico se quedaba unos segundos totalmente trastocado, sin saber muy bien cómo reaccionar, mientras Smith seguía cavando su propia tumba desde el palco, a gritos de «deja el nombre de mi mujer fuera de tu puta boca».
El actor, que minutos después se subiría al escenario a recoger su primer Oscar, ha empeorado la situación con un discurso en el que pretendía justificarse y ha quedado por los suelos. «El amor te hace hacer cosas locas», decía mientras pedía disculpas a la Academia y compañeros, sin pedírselas en ningún momento al humorista. No, Smith, el amor no te hace hacer cosas locas, lo que te hace hacer cosas locas es ser un auténtico imbécil.
Entre lágrimas, con un speech eterno que se alargaba más que la propia gala, Will Smith trató de salir del atolladero sin ningún tipo de éxito, condenado ya a haber protagonizado el momento más vergonzante de la historia de los Oscars. Una agresión que va a restarle muchísimo foco al verdadero protagonista de estos premios: el cine, que ha sufrido lo suyo en época de pandemia como para que encima venga este señor a creerse un justiciero a puñetazos.
