Eurovisión 2018 parecía ir a estar disputado si atendíamos a las casas de apuestas los días previos al Festival: la favorita desde el momento de su elección, Israel, se había desinflado con los ensayos y semifinales, y Chipre había tomado la delantera a temas como Francia, Suecia o Noruega, que también partían con buenos augurios. Según la final iba avanzando, nos dábamos cuenta de que veíamos actuar a un supuesto “favorito” cada cinco minutos, lo que nos daba la indicación de que la cosa estaría bastante repartida en las votaciones.
Pero finalmente fue el público el encargado de poner los puntos sobre la íes, y confirmo el favoritismo del ‘Toy’ de Netta, la canción israelí. Ni Chipre, ni Alemania, ni ningún otro país pudo hacer frente a los 212 puntos del jurado -que la dejó tercera- y los, ojo, 317 puntos del público que hizo que terminara ganando con casi 100 puntos de ventaja sobre el segundo.
Nosotros ya explicamos que ‘Toy’ nos parecía un hit en estructura, pero que la producción y la puesta en escena la veíamos antigua, para nada todo lo “vanguardista” que algunos han insisto en decir que es. El pop europeo superó esos sonidos hace más de un lustro, pero es cierto que el carisma desbordante de su interprete y lo loco de su presentación hizo que todo el público fijara lo ojos en ella, fuera por la razón que fuera. Enhorabuena, pues, a la ganadora de Israel.
Sin embargo, Eurovisión 2018 nos dejó unos cuantos momentazos más de tipo shook que pasamos a analizar a continuación:
El momento en el que Eleni Foureira cree haber ganado
El cambio de sistema de votos en Eurovisión genera algunas confusiones, como la que en el último momento viven Austria, Chipre e Israel, cuando las presentadoras van a anunciar no a la ganadora, sino a la que ha quedado segunda en el Festival, regalándole por ende la victoria a ‘Toy’. Cuando es anunciada Chipre, Eleni respira y sonríe incrédula durante unos segundos, creyéndose ganadora, mientras que los israelís tardan también unos segundos en reaccionar a su victoria, aunque menos de los que a Foureira le cuesta reaccionar a su dignísima, a pesar de todo, segunda plaza.
El Nicole Scherzinger que le hicieron a Surie
La pobre intérprete británica, que ya tenía bastante con saberse entre las menos favoritas a la victoria, tuvo que aguantar, encima, que un señor se subiera al escenario y se pusiera a dar voces quitándole el micrófono, cual si ella fuera Jahméne Douglas y el tipo Nicole Scherzinger. El muchacho, un DJ británico que salió a pedir el cese de la guerra contra Siria, dejó totalmente descolocada a Surie, que resurgía con un nuevo micro segundos después, notablemente cabreada y con una pasión bastante mayor en ‘Storm’. El canal de Eurovisión, por cierto, ha optado por subir la versión del Jury Final en vez de la de la Gala Final, que sí ha subido la BBC.
Lo inesperado de algunos votos
Para empezar, ¿qué tuvo Austria que convenció de tal forma al jurado internacional? Que sí, su canción era bonita, y su puesta en escena efectiva, pero como para una plaza en el top15, si nos hubierais preguntado en ese momento. Sin embargo, el austriaco se alzaba con la victoria tras los votos de los 43 jurados, y sólo el público consiguió rebajar sus puntos, dejándolo tercero tras el recuento final.
Otro shook importante fue el vacío legal de votos del público a Suecia, de las favoritas, que pasó de estar segunda tras el voto del jurado, a séptima en la final: Benjamin Ingrosso apenas obtuvo 21 puntos del público, sólo 3 más que España, y la cantidad más baja del top19 final.
Finalmente, el fiasco de Noruega (15) e Irlanda (16) fueron otras de las sorpresas de una noche en la que partían en la zona alta de las apuestas, y sin duda, lo más surrealista de los votos llegó con Moldavia. La vergonzosa propuesta del país, entre una parodia y el sketch más chusco de ‘Noche De Fiesta’ quedó décimo, gracias a que el jurado lo dejó en esa posición, pero el público lo llevó más allá, votándolo octavo.
Salvador Sobral, más incómodo imposible
El cantante portugués ha sido centro de muchas dianas esta semana, tras una serie de declaraciones bastante desafortunadas y elitistas al medio portugués Público, y su aparición en la final no mejoró las cosas. El ganador de 2017 cantó ‘Amar Pelos Dois’, sin mucho entusiasmo por mucha ilusión que dijera que le hacía, junto a Caetano Veloso y protagonizaba un ridículo desenlace del Festival, cuando entregaba deprisa y corriendo el micrófono de cristal a Netta, antes de salir disparado del escenario sin abrir la boca.
Recordemos que hace apenas unos días, Salvador decía que ‘Toy’ era una “canción espantosa que Youtube le había hecho escuchar”.