Anoche arrancaba en ITV la nueva temporada de ‘The X Factor’, nada menos que la decimoquinta, con la premisa de varios cambios en su funcionamiento: el programa se ha cargado el bootcamp, con lo que se desarrollará más o menos como lo hizo el formato en España, añade el botón dorado de pase al Judges’ Houses durante el juego de las sillas, y su mesa de jueces se ha visto alterada con la incorporación de Robbie Williams, su mujer Ayda y Louis Tomlinson.
Todo esto, sin embargo, no parece haber atraído demasiado el interés de los británicos, porque el programa se ha estrenado con 5,7 millones de espectadores (ITV+1 incluido), tocando fondo histórico y perdiendo medio millón en audiencia de un año a otro.
La buena noticia es que ‘The X Factor’ continuó liderando la noche, sacando 1,9 millones de ventaja a la propuesta de BBC, ‘Casualty’ y más de dos millones al resto de ofertas de ITV durante el día, con lo que el dato habría satisfecho a la cadena.
Sin embargo, ese medio millón podría darle más de un quebradero de cabeza al programa con el paso de las semanas: recordemos que ‘Strictly Come Dancing’ -que liderará con mucha soltura, en 2017 arrancó con 11,04 millones- se estrena el próximo sábado en BBC, solapado al programa de ITV, y que además, ‘The X Factor’ tiende a perder seguimiento con el paso de las semanas.
El pasado año, por ejemplo, el show se dejó dos millones y medio (!) de espectadores entre el primer casting y la primera parte de su final, y de repetirse el dato este año, estaríamos hablando de apenas 3,2 millones enganchados al momento final del programa.
Nosotros volveremos a hacer un repaso de las galas cuando estas arranquen, pero es cierto que hemos descontado del proceso de castings: el programa necesita un descanso evidente, si ha sido capaz de arrastrar buenos números durante 15 años, está claro que un comeback después de tomar oxígeno es perfectamente viable.