Aparta, Gervasio Deferr. Es lo que diría alguien si esto fuera 2005 y todavía tuviéramos referencias de ese señor como algo actual, pero es que me cuesta pensar en artistas olímpicos actuales. No me pidáis tanto: no puedo tener al mismo tiempo en la cabeza infromación sobre Ainhoa Cantalapiedra y el deporte de élite. No funciona así salvo que seas un auténtico cerebrito, qué se yo, una Caroline Herschel, una Alba Carrillo. No es el caso.
Volvamos a lo que no ocupa -que diría Ana Rosa Quintana en cualquier día tonto en su programa, promocionada por Securitas Direct-: Tate McRae. La muchacha ha acudido a Saturday Night Live para presentar el mayor hit actual de su nuevo álbum So Close To What, Sports Car. Y la verdad es que se ha entregado convirtiendo el juego de las sillas musicales en ese deporte olímpico que justifica el primer párrafo. TateMcRae ha hecho de Get Outta My Way de Kylie Minogue un juego infantil, lo ha llevado al Cabaret y ella no es que sea Sally Bowles, ella es el DIU que se pondría en aquel momento Liza Minelli.
Tate lo da todo, Tate demuestra una flexibilidad que ni la fabrica de Milan -las gomas, no el hijo de Shakira-, Tate luce como si Zahara y Melanie Blatt hubieran tenido una hija y ella hubiera formado parte de The Fantastic Four. Y para compensar el despliegue de movimientos y levantamiento de pierna, Tate McRae actúa con Dear God, un tiro de micrófono para lucirse más vocalmente y así dejar ver que ella lo mismo lleva la pierna hasta los cielos como la laringe hasta la estratosfera. Bueno, eso no tanto, pero intentarlo lo intenta.
So Close To What, por el momento, va en camino de despachar 170k en Estados Unidos, unas 60k por encima del álbum de Drake y PartyNextDoor, que le daría así su primer #1 después de ser #3 en dos ocasiones con sus anteriores trabajos.
