Con ‘El Dorado Tour’ girando alrededor del mundo, Shakira parece decidida a pasar el verano en todo lo alto, no sólo gracias a sus conciertos, sino también por el impacto de sus temas. Sólo que esta vez, en vez de optar por algunas de las canciones del disco (por dios, ¿va a quedarse la espantosa, pero tremendamente eficaz, ‘Amarillo’ sin lanzar?), la cantante ha vuelto a optar por ir sobre seguro y volver a grabar con Maluma. Otra vez. De los últimos cinco lanzamientos de Shakira, tres han sido dúos con Maluma, y lamentablemente, este es el peor de ellos.
Y es que es innegable que la pareja tiene química en estudio, que sus voces funcionan muy bien juntas y que tienen cierta intuición sobre lo que puede ser un hit -es más, a poco radio play que esto tenga, difícilmente no lo será-, pero su fórmula está agotada por sobreexposición.
‘Clandestino’ no tiene el salero uptempo de ‘Chantaje’, pero tampoco lo intenta, llevando las cosas por un terreno más pretendidamente reggae aunque con los arreglos básicos reggaetón de ‘La Tortura’ (2005, por Dios); y tampoco es ‘Trap’, porque además de que su producción le daba mil vueltas a esta, también tenía bastante más encanto y rollito.
Y es que ni sexys, ni todo lo bailables que debieran, los esfuerzos del par de colombianos esta vez han derivado en un tema correcto, que funcionará por nombre en todo caso, pero no por fórmula: es una de las decenas canciones latinas a las que nadie prestaría atención más allá de un top40 en una situación normal. Shakira debería empezar a fijar sus miras en nuevas parejas musicales, si es que su intención es seguir colaborando con señores de la industria latina. Hay vida más allá de Maluma.
