¿Puede ser ‘Smalltown Boy’ de Bronski Beat una de esas canciones que todo el mundo conoce pero no nadie sabe exactamente como cantar? Es decir, la reconocemos todos por el beat, pero posiblemente nadie sabría cantar el estribillo, o la ausencia del mismo, según se mire. El caso es que el tema, publicado en 1984, se convirtió en todo un himno LGTB+ que explica las andanzas de un joven muchacho que abandona su pueblo natal para poder vivir su vida de forma más libre.
Vaya, la típica situación que se da en cualquier pueblo del país en el que uno es identificado como «Futano, sí hombre, el de Mengana, la que tenía la mercería, esa no, la de la general. Que salía con Fulano. Uy no, que va, si lo dejaron ya hace años. Ahora esta con Zulano, el de la Mari. No, mujer, la de Chambao no, cómo va a ser la de Chambao.»
La canción cae ahora en manos de Ricky Merino, que lo mismo te hace un urbano latino, que un R&B que un ochenteo producido por Spam -el DJ, no la cuenta de correo-. Y parece que igual el tema ochentero es lo que mejor se le da, aunque la canción siga brillando más por el beat en sí que por el tema en cuestión, que nos parece más sampling material. De hecho, ¿no hubiera molado lo suyo cogerla y hacer con la base un nuevo tema? Nosotros, para variar, nos montamos nuestra propia película. Pero aún así, es un homenaje personal de las vivencias de Merino y un tema al que él tiene especial cariño.
Como al chándal de táctel con el que sale en el vídeo. Una cosa os vamos a decir: si la nostalgia hace pelotilla, no es nostalgia, es falta de amor propio. Guardemos en el cajón lo que un vez fue guardado, no hay que recuperarlo todo. El walkman sí, tho. El walkman es un puntazo, para cuando se quedaba sin pilas y la Niña Pastori pasaba a ser la niña del exorcista. Este chiste no es nuestro, es de ‘El Club De La Comedia’, pero pagádnoslo igual.
