Sacad vuestro mejor par de maracas y el vestido de volantes, porque estáis leyendo «¡Es una soenio latino!», la sección en la que desgranaremos momentos del pop en el que los artistas abrazaron su punto más latino. Sacad las enchiladas del microondas -o donde quiera que se cocinen-, recostaos frente a una paella y vamos allá.
La canción original, ‘Skyscraper‘, se sumó al tracklist de ‘Unbroken‘, el que fuera el tercer álbum de Demi Lovato en el año 2011. Originalmente el disco estaba pensado como algo más divertido y despreocupado, pero cuando los autores le entregaron el tema a Demi (no es autora de esta canción), le resultó tan emocionante que quiso grabarla e incluirla en el disco. De hecho, la canción la regraba al salir de su primer rehabilitación, que culminó con el diagnóstico de desorden bipolar. Ni una balada de Demi que no esté conectada a un drama inminente oiga.
Originalmente había grabado una primera toma en 2010, poco después de que el tema cayera en manos de Jordin Sparks, ganadora de ‘American Idol’, a la que aún se escucha en los coros del single de Demi porque decidió mantener su voz en el tema. Después, regrabó la canción en español.
Un español absolutamente macarronico, sirviendo su mejor guiri haciendo balconing en Magaluf, que por otra parte era una situación perfectamente Demi si lo pensáis friamente. Ese acento tan Bienvenida Pérez en ‘Rascacielo‘ (efectivamente, una unidad de cielo) estaba pensado para honrar sus raíces mexicanas por parte de padre. También cantó ‘Lo Que Soy’ en español antes de su dueto en spanglish con Luis Fonsi.
La canción no es, lamentablemente, una traducción literal de ‘Skycraper‘, que nos hubiera dado realmente mucho más juegazo, y busca ser una composición emocionante también en español. Aún así, deja perlas maravillosas como esta:
Pero te juro que al final,
sola me voy a levantar:
como un rascacielo.
Es un párrafo que nos lleva a Mariano Rajoy diciendo “esto no es como el agua el cielo, que cae sin que se sepa exactamente por qué”. Pues en el caso de Demi, los rascacielos se levantan solos, como ella. Un día ponen un ladrillo, al día siguiente una baldosa, el tercero te colocan una ventana y ea, el Empire State Building completado como quien completa una canción de Omar Montes. En diez minutitos y sin demasiada ayuda. Sólo que el Empire State se mantiene en pie pasados los años, a diferencia de lo de Omar. Demi también se mantiene en pie. Más o menos. Digamos que a medio camino entre una referenecia y la otra.
La otra parte que nos fascina es esta:
“Poco a poco, con el tiempo,
voy a olvidarme de ti.
No te vas a dar cuenta
que estoy sangrando aquí.
Mis ventanas se han quebrado
Mas no me voy a rendir.”
Ya bueno, Demi, olvidarse de la gente está muy bien, pero igual no está de más si se da cuenta de que te estás desangrando. Que una cosa es el amor y la otra es la asistencia médica básica. Qué menos que llamar a una ambulancia si te ve sangrando ahí porque tus ventanas se han quebrado. Que si te toca estar esperando al perito del seguro, para cuando llegue ya yaces ahí tirada. Orgullosa de haberte olvidado de él, sí, pero chica, con los cristales del doble acristalamiento rodeando tu cuerpo inerte. No sabemos muy bien si compensa.
Bastante poco latino, y no sólo porque esté compuesta por una estonia y dos norteamericanos. Es que no tiene realmente nada que evoque las raíces latinas de la propia Demi. No tiene ni la dicción, si nos apuráis. Pero que nada impira sacudir esas maracas: Lovato llegó a intepretarla en los premios Alma de aquel año, presentada por su hermana Madison De La Garza y su ‘madre‘ de ficción en ‘Desperate Housewives’, Eva Longoria. Todo lo más faux-latino que los americanos podían montarle.
Por descontado, Demi jamás volvió a pisar los premios Alma. No es como si tuviera un ‘Guay Para La Verano’, ‘Perdón No Perdón’ o un ‘Frío Como El Piedra’ para promocionar.