Pamela Anderson ha tenido uno de los renaceres más inteligentes y más populares de los últimos años en el universo celebrity. Tras pasar la barrera de los 50, decidió romper con su look más memorable -ese rollito femme fatale noventero-, prescindir de maquillajes elaboradísimos y reaparecer convertida en un icono fashion y de la naturalidad. Y a la vez, o tal vez provocado por este momento un poco Pepa Flores de la Anderson, se han sucedido los homenajes a su persona, siendo todos un poco más conscientes de aquella sociedad que le imponía el rol de ‘mujer objeto’ del que acabó tan hasta la punta de su vigilante de la playa.
Hace unos días vimos como Beyoncé animaba al voto en las elecciones americanas a través de un vídeo de ‘Bodyguard‘ en el que aprovechaba también para celebrar Halloween intepretando a Anderson, últimamente la tenemos muy presente por la promo de su nueva película, ‘The Last Showgirl’, y ahora Rigoberta Bandini le ha dedicado directamente su nuevo single. A ella y a “todas las Pamelas Andersons”.
Que igual es una de esas veces en las que Rigoberta, que siempre tiene un pie en la cotidianeidad y otro en la metáfora, tiene más pie en lo primero que en lo segundo y la letra se pasa un poco de obvia, pero tampoco nos viene mal un poco de camp con tanta peluca como mensaje. Rigoberta aprovecha al personaje para trasladarlo al grupo de mujeres que han tenido que pasar por lo mismo y se convierte en una Pamela que pasa por diferentes estados hasta que Rigoberta consigue salir del papelón y asomar la cabeza a una playa, reconvertida ya en sí misma.
Si algo nos deja ‘Pamela Anderson’ es la indiscutible infalibilidad de dos cosas: los estribillos de Rigoberta (el momento “pam pam” funciona tan bien como unas palmas y un “hey” en el pop) y la ceja de hilo como símbolo de poder. Y si no, que le pregunten a Christina porque sus fans siguen esperando otro ‘Stripped‘.
Será tu rollo si: estás suscrito a la revista Pronto; estás convencida de que tiene que volver la versión patria de ‘Saturday Night Live’; te aprendías las capitales europeas creando frases con la inicial de cada una.
