Que no pare la fiesta en el pop español, que parece que los cantantes del mainstream se han dado de pleno a investigar con “sonidos” “nuevos”, al menos para ellos. Pablo Alborán nos presentaba dos singles, y uno de ellos, ‘No Vaya A Ser’, aprovechaba los últimos coletazos del verano con un ritmo de verbena chic que daba unas pocas alas a su carrera, un poco estancada en la balada al piano y guitarra. Después, ‘Saturno’ y especialmente ‘Prometo’, nos hacían pensar que el single en cuestión había sido sólo un oasis en medio del desierto, pero parece que no, que Alborán se va a marcar un ‘Hijos Del Mar’ y va a aplicar una producción más fresca a sus temas.
‘La Llave’, el último de los adelantos que ha dejado caer del disco, sigue esa tónica, y aunque no suena tan a anochecer en barbacoas como ‘No Vaya A Ser’, tiene un regustito caribeño importante, y aprovecha que la voz del cantante se adapta perfectamente a la situación para que, lo que en otra situación hubiera sido un corte aflamencado, tenga otro sabor más internacional. Al final, Alborán firma una balada disfrazada de medio tiempo, con guitarra española, que tiene el mismo appeal para su público de siempre que para el que se haya sumado ahora al fanbase del cantautor.
Así sí, Pablo. Vamos a intentar refrescar un poco el panorama español, que ha venido oliendo a polilla durante muchos años, y son este tipo de popstars, igual que le ha ocurrido a Malú, las que tienen que abrazar estas producciones, dejando sonidos más clásicos a otros. Al fin y al cabo, sólo se trata de refinar el producto de siempre: nadie diría que ‘La Llave’ no suena al Pablo Alborán de siempre. Ahora la cuestión es convencerles de que no se tiren 10 años más con este rollo.
