
Nicole Scherzinger’s living a celebration, como lo estaba Europe desde el punto de vista español en pleno cambio del euro -que ilusos éramos-, porque después de un camino de, efectivamente, espinas y rosas, ha terminado ganando el Premio Tony a Mejor Actriz de Musical. De modo que está a solo un Grammy, un Emmy y un Oscar de ser catalogada EGOT. Tampoco ha ganado el Ondas, pero ya relinchaba lo suyo Melody en Buttons para compensar el caballito.
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El caso es que Nicole Scherzinger está espectacular en Sunset Blvd., la obra por la que se ha llevado el preciado galardón, y se veía venir que podía ser la triunfadora de la categoría. Recordemos que también se llevó el Olivier británico por el mismo papel. En la gala americana, igual que hizo en la británica, agradeció su premio a Dios y también a la industria del teatro por acogerla tan bien después de sentirse “tan fuera de lugar” de pequeña. Tiene Nicole muchísima pinta de outcast de siempre, vaya. Pero queda muy emotivo decirlo igual. Fuera de lugar, familia sin recursos, nunca me imaginé, niña hawaiano-ucraniano-filipina, etc. Sí, juro que ha dicho las tres nacionalidades. Tenía también una tátarabuela de Nerja, pero por lo que sea no le ha agracido una mierda a Nuria Fergó.
El caso es que, aprovechando que ya tiene su Tony, quiero hacer un análisis de cinco momentos super teatrales por los que bien podía haberse hecho con la estatuilla durante su carrera. Véamoslos:
El no-lanzamiento de su álbum debut, ‘Her Name Is Nicole’: la farsa
Después del éxito del debut de Las Muñecas Coñimiaumiau, un disco en el que básicamente solo cantaba ella y el resto trabajaba poniendo la pelvis a la altura de la nuca cada siete minutos de show, Interscope Records dio luz verde al proyecto de Nicole Smellsweird en solitario. El álbum tuvo más singles que El Viaje De Copperpot, pero a su Van Gogh le faltaron orejas que escucharan el proyecto. Ninguno de los singles llegó a tener especial éxito como para sostener el interés en el disco. Y eso que siendo ella hawaiano-ucraniano-filipina, tenía uno titulado Puakenikeni. Que por lo que sea tampoco funcionó. Resumen: el disco se suspendió, ella volvió con las Coñimiaumiaus y alguien la convenció de que el disco saldría después de ese segundo álbum de la girlband. En 2009, dos años después de grabarlo, Nicole seguía convencida de que vería la luz. No fue hasta 2011 que se lanzara su primer disco, Killer Love. Y ahí sí, un par de hits tuvo en la recámara.
El regreso de The Pussycat Dolls: la tragedia
Las Pussycat Dolls anunciaron su comeback en 2019. A finales de aquel año, actuaban con un medley en The X Factor, llevándose la atención de los medios británicos, en el que además presentaban un nuevo single, React. Un tema que les iba como un guante pero que no publicaron hasta cuatro meses después de aquella actuación. Todo muy Ruth Lorenzo coded. Claro, la cosa acabó en un top40 tibio, llegó el Covid, la gira quedó pospuesta y después Nicole intentó sacar mayor tajada del asunto.
Quiso tener el control creativo del tour, pasar de llevarse el 49% de los ingresos al 75% -recordemos que volvían 5 personas, ergo sus compañeras ingresarían menos de un 6,25% de lo que se facturara- y tener control sobre el merchandise de la banda. Tres años después del anuncio de comeback, sin ofrecer nuevas fechas del tour, Nicole daba por finiquitado el proyecto. Algunas de sus compañeras se enteraban de la cancelación a través de las redes sociales y lo hacían saber a través de las mismas. Ni un triste WhatsApp, oye.
El gorro-gate: el melodrama
Cuando decía al inicio del post que el camino hasta el Tony había sido de espinas y rosas, me refiero a que Nicole estuvo a puntísimo de ser rechazada por el universo Broadway -generalmente de pensamiento progresista-, después de dejar un comentario en el Instagram de Russell Brand -choices, ya solo con esto- en el que preguntaba dónde comprar una gorra que imitaba el merchandise de Trump en la que podía leerse “pongamos a Jesús por delante otra vez”. Jesús el de la Biblia, no el presentador de Popstars: Todo Por Un Sueño.
Claro, a Nicole le cayó la de Dios es Cristo, nunca mejor dicho, pero lo cierto es que Nicole es abiertamente conservadora en muchos aspectos, previsiblemente votante de Trump, y tiene un problema con tener todo el día a Dios en la boca. Que yo creo que Dios le ha mandado algún SMS diciendo “señora, suélteme el halo”.
Promise This: la comedia musical
Uno de los momentos más hilarantes del pop llega con la grabación de The X Factor, donde Nicole Scherzinger coincide con Cheryl Tweedy, componente de Girls Aloud y persona que menos se calla del universo cuando algo no sale bien. De modo que Nicole, que acudía como invitada al concurso a actuar, se acercó a saludarla y le dijo que había escuchado Promise This en la radio. Y según Cheryl cuenta en su libro de memorias, no es que le cantara un trozo del tema como para hacer ver que lo recordaba. ¡Es que le cantó la canción completa a la cara! Y no contenta con eso, de una forma algo paternalista porque suena a “¿ves? me sé tu canción”, como si Nicole tuviera un catálogo de hits similar al que Cheryl sí que tiene en tierras británicas, le siguió cantando la canción cada vez que coincidían en plató.
¡Hago Cats Y Aparezco en X Factor!: el suspense
La de cosas que Nicole podría haber hecho si le hubiéramos dado a ella la sábana naranja de Soraya en Eurovisión. Una de ellas, por ejemplo, hubiera sido dejar plantado a Andrew Lloyd Webber con mucha más gracia en 2015. Nicole llevaba un año trabajando en su Cats en Londres, cuando el compositor quiso llevársela a Broadway para que siguiera con el show, dando el santo que, según parece, Nicole quería haber dado desde siempre. Con el pre-acuerdo ya firmado, y habiendo asegurado ella que participaría en el espectáculo, de pronto se esfuma para grabar… erm, The X Factor en el Reino Unido. ¿El motivo? Pues que Nicole, antes que cantante, actriz, modelo, presentadora o jurado, siempre ha querido ser… erm, famosa.
Entonces The X Factor le iba a dar más visibilidad y, para qué engañarnos, posiblemente también más dinero. Andrew no se lo tomó en absoluto bien y durante años estuvo alejado de Nicole sin tener demasiado bueno que decir sobre ella hasta que, las vueltas que da la vida, el destino los reunión en Sunset Blvd. y pudieron reconciliarse en condiciones.