No somos gente pedigüeña. De verdad, rara vez le pedimos cosas a la vida, somos gente que queda expectante de lo que ella, por sí misma, tenga que ofrecer. Fluimos. A ver qué viene. Pero hoy le hacemos una petición, sin que sirva de precedente: ¿no podría la vida, con su infinito saber, colocar a Jason Derulo al lado de algún ventanal, de modo que una bandada de palomas pudiera acercarle lo suficiente como para cagarle encima y dejarle sordo y ciego? O mejor aún, ¿mudo? ¿Es lo que pedimos una locura tal después de un año como 2020 que nos ha traído muy poca cosa buena?
Fíjate que, tan pocas cosas buenas, que Derulo llevaba encajando 8 flops consecutivos en Estados Unidos, sin pisar siquiera Billboard, y ha tenido que llegar 2020 con el #1 de ‘Savage Love’. Claro que, la verdad sea dicha, Derulo siempre ha tenido en el Reino Unido su mayor colchón. ¿Que ‘Tip Toe’ era un flop en América? Pues top5 en UK. ¿Que nadie escuchó ‘Take You Dancing’? Pues #7 en UK. Es un buen momento para alegrarse de que no formen parte ya de la Unión Europea. Merecen. El euro está para invertirlo en cosas más serias, como un programa de televisión que reúna a las Miami Sound Machine o los singles post-eurovisivos de cualquier artista eurovisivo.
Para lo que no está el euro, desde luego, es para invertirlo en algo como ‘Lifestyle’. No lo está. Y si lo hacéis, si invertís en este dúo de Jason Derulo y Adam Levine, en el que compiten con muchísimo empeño por ser el más mediocre de los dos, entonces estaréis traicionando todos los valores que hacen de Europa lo que es. Estaréis traicionando a las coles de Bruselas, a la Reina de Inglaterra (Pixie Lott), al legado de las 426.243 componentes de Sugababes, a las Monrose, al pesto italiano y a la costa griega que se llena de homosexuales cada verano. Y se os caerá la cara de vergüenza.
Y entonces, con el vídeo de Jason Derulo y Adam Levine de fondo, entonaremos el clásico de Mónica Naranjo, ‘Europa’, en la parte que dice: “abababúm mistese dunkin donuts, abum dise dunken jai”. Y todos lloraremos amargamente por la caída del continente.