Muchos medios están haciéndose hoy eco de que la libertad de Britney Spears ha sido nuevamente coartada después de que un juez decidiera mantener la custodia de la artista en manos del padre. La historia es cierta, pero no se corresponde a la actualidad per se.
Como a estas alturas sabe cualquier persona que no resida en una cueva, Britney Spears está poniendo toda la carne en el asador para liberarse de las garras de su padre, que lleva años agrediéndola psicológica y profesionalmente, según ella misma pudo relatar hace apenas unos días. Y en ese proceso de años, ha perdido unos cuantos recursos, lamentablemente. El último, este del que hablamos ahora, que data del pasado año. Es decir, que la juez del caso aún no ha decidido sobre las declaraciones recientes.
Lo que Britney ha perdido es un proceso distinto del actual, de 2020, y la decisión de la juez sobre el de este año no se conocerá hasta el próximo 14 de julio. De modo que la noticia sigue siendo mala, pero no la peor posible: aún hay cartas sobre la mesa con las que Spears pueda seguir jugando.
Ha chocado, claro está, y se ha viralizado como noticia, porque no cabe en ninguna cabeza que esa tutela pueda seguir prologándose en el tiempo. No, como mínimo, en las manos de la familia de la cantante. Sería un sinsentido a favor del que cada vez hay menos gente. La presión social provocó incluso que su hermana, beneficiaria económicamente hablando de las ataduras de Britney, hablara para defender que la artista debería ser libre si quiere serlo. Sort of, porque fue un tanto ambigua.
Pero si a mediados de mes vuelve a dársele la espalda a la artífice de clásicos como ‘Autumn Goodbye’, no sabemos qué podría hacer falta para cambiar la mentalidad de la juez. ¿Un cambio de parecer en el propio padre? Igual incluso así le daría la custodia. Vistas las últimas imágenes de este, en las que luce un tanto Julián Muñoz haciendo el paripé, igual Britney termina liberada antes gracias a la Madre Naturaleza que a la justicia.