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María Dolores De Indigo y José Eduardo Ebratt invocan a Ruslana en ‘Maldición’

María Dolores De Indigo y José Eduardo Ebratt invocan a Ruslana en ‘Maldición’

Coge tu tablero ouija más cercano y siéntate en el salón con unas velas a tu alrededor, a poder ser aromáticas, no sea que a alguien se le escape un pedo. Ahora vuelve al armario de tableros ouija y coge el bueno, que ese de plasticorro que has pillado es para estreno de vídeo brujeril de Son de Sol, no de María Dolores de Indigo. Bien, ahora que tenemos el tablero bueno, el de los domingos, las velas, un mantel de algodón egipció y un platito con Pringles en la mesa -porque comunicarse con el más allá no está reñido con pasar hambre-, veamos el vídeo de ‘Maldición’.

Y es que queda claro que los muertos tiene mucho que ver con el nuevo single de María Dolores y José Eduardo, porque si os fijáis, además de invocar el espíritu de antiguos chamanes, bla, bla, bla, pongámonos intensos, la cantante y su equipo de bailarinas también invocan el espíritu de Ruslana, la ganadora de Eurovisión 2005 con la brillante ‘Wild Dances’. Y creednos que pocas cosas hay más muertas que la carrera de esa mujer, ahora entendéis tanto espiritismo. María Dolores, igual que hizo la ucraniana, se viste con sus mejores faux pieles, luce melenón peinado por la Xtinta de ‘Lady Marmalade’ -seguís viendo la unión con los ya desaparecidos-, y se deja el cuerpo bailando para aclarar que sí, en este single sigue siendo muy abracadabra.

Y mientras, ahí está Jose Eduardo Ebratt, viendo como María Dolores contonea su cuerpo untado en betún, a una distancia suficiente como para no ponerse perdido y tener que ir de visita a la lavandería según termine la grabación. El muchacho canta y María Dolores luce sus uñas demasiado cerca de la cara: la última vez que vimos algo así, servía para abrir latas de chipirones.

Lalo y Lola calientan el ambiente con ‘Maldición’, spanish ‘Chantaje’, nos recuerdan al europop de hace 14 años, y culminan el clip con María Dolores posando como la Venus de Botticelli, porque posar como la Venus de Bananarama hubiera sido una mayor gilipollez, francamente.

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