Madonna está en una época remezclada. Lo mismo te publica 700 versiones de ‘Frozen‘ junto a Sickick porque se ha puesto de moda, durante doce minutos, en TikTok, que se marca un recopilatorio de remezclas que celebra sus 50 #1s en las listas dance americanas, que revisa ‘Hung Up’ junto a Tokischa. La canción, que llevaba ya un tiempo en manos de DJs en Estados Unidos -prácticamente desde el Orgullo-, se compartía hace unos días en todas las plataformas y ya tiene vídeo oficial.

Y arranca explicando que contiene escenas que podrían provocar epilepsia. ¿No es ese realmente uno de los problemas menos importantes que tiene esta colaboración? Y no va por donde muchos vaticinarán: el problema no es que Madonna tenga 64 años, o lleve grills, se poliopere y retoque las imágenes o se rodee de gente más joven a cambio de un puñado de streams y posicionamiento en el mercado. Eso, en esencia, es un poco lo que Madonna debía ser a los 60. El problema es que Madonna también debía ser relevante. ¿Y cuál es el aporte de relevancia de todo este proyecto? Uno: el de lo factible de la diversión y sexualización a la edad madura.

Y es un aporte importante, ojo, máxime cuando sólo parece estar reivindicándolo ella. Pero es que se ha convertido en un continuo sin muchas más capas en las que rascar. Madonna lleva dando vueltas a esto casi una década. E imaginamos que igual sorprende entre la gente joven, pero entre el fanbase, nos llama la atención que hay quien no vea una situación estanca. El vídeo de ‘Hung Up On Tokischa’ tira de los mismos trucos de la Madonna de ‘Medellín‘. Y de la de ‘Bitch I’m Madonna’. Y la de ‘Girl Gone Wild’.

Entendemos el punto de «si esto es lo que odiáis, esto es lo que haré», pero se echa en falta a la Madonna provocadora no impostada. A la que te pillaba por sorpresa. Que, evidentemente, han sido muchos años de carrera como para seguir pidiéndole un nivel tan alto. Pero oiga, es que es la misma Madonna que hace un par de años nos dejaba ‘God Control’. O ‘Dark Ballet’. Que gustarán más o menos, pero metían el dedito en la llaga. Esto creemos que la Madonna de 2012 lo consideraría… reductive.

El remix en sí es prescindible, pero lo pasamos por alto porque es lo que es: un remix. No es tan trascendente. Lo que sí lo es es que parezca que Madonna está provocando más de lo que provoca. Tiene la inteligencia y talento suficiente para exprimir la sexualidad a los 60 con más y mejores estrategias que estas, que le han salido de primero de Licenciatura de Polemista.

Eso sí, es también innegable que siempre hay quien pica.

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