No sabemos cuáles eran las expectativas de Macklemore con su primer lanzamiento en solitario después de la era junto a Ryan Lewis, pero después del fiasco del segundo disco junto al productor, ‘This Unruly Mess I’ve Made’, sus primeras intentonas solo no han salido demasiado bien. Parecía estar despegando con su último single, ‘Glorious’, pero ha vuelto a estancarse en listas y tampoco tiene pinta de ir a firmar con la canción su primer hit.
Por tanto, hay que sacar los ases de la manga, y el de Macklemore lleva nombre femenino, el de Kesha: que si bien no está arrasando precisamente con ‘Rainbow’, sí ha conseguido atraer la atención de montones de medios, ganarse a la crítica con un buen álbum y conseguir un single top40 en UK y US con ‘Praying’.
Es ella la que pone el estribillo a ‘Good Old Days’, una canción en la que Macklemore vuelve a estar bastante vago, tirando del mismo rapeo del resto de temas y siguiendo con ese desarrollo plano de las canciones que dependen en exceso de cómo sea su gancho central y de quien lo cante. Es decir, Macklemore vuelve a ser lo de menos en su propio proyecto. Y es que este rollo Delafé que se está marcando, con ese spoken-word más que el rap, no termina de convencer a nadie.
Y en todo caso, si empieza a convencer con este ‘Good Old Days’, el mérito, creemos, será de ella y no de él. El rapero necesita ponerse las pilas, buscar unas buenas bases, y trabajar un poco mejor por frasear con más garbo, si no quiere que todo lo que consiguieron a principio de la década termine como un recuerdo anecdótico en su carrera.