Durante las próximas semanas, nuestra intención será analizar el paso de España por Eurovisión: sus éxitos, sus fracasos, sus delirantes puestas en escena… todo bajo nuestra particular lupa. Como no queremos que la historia se alargue hasta el próximo 2029, y con la intención de hacer más secciones de carácter estúpido, hemos decidido comenzar nuestra andadura eurovisiva en 1990. ¡Esperamos que disfrutéis de este viaje de 25 años!
La canción
En 2005 entramos en la era de las girlband en Eurovisión envíando a Sol De Sol, y, a pesar de su pésimo resultado en la tabla final, decidimos que en 2006 había que repetir fórmula pero con un grupo más conocido y una canción peor. Las Ketchup venían de comerse el mundo a escala global 4 años atrás gracias al extremo absurdo del ‘Aserejé’, con lo que la delegación española pensó que serían una buena herramienta para darle un empujón en el marcador a España.
Y puede que lo hubiesen sino si su propuesta hubiera tenido algo que ver con aquel ‘Aserejé’, pero no. En esta ocasión, Queco, que también había puesto música y letra a su primer smash, y al fiasco eurovisivo-brujeril de sus antecesoras, compuso una canción con tintes más serios pero de letra igual de absurda, sin darse cuenta de que, posiblemente, Europa sí que se declararía duty free a semejante melodía. Por si el estribillo, o la evidente ausencia del mismo, no fuera suficiente, la canción venía acompañada de una especie de arreglo con organillo que servía como versión gitana de los drops tropicales de ahora: un lo tomas o lo dejas como gancho principal, que, como era obvio, Europa dejó, y de qué manera.
La letra de la canción, eso sí, era una maravilla de consecución de WTFs. “Hubiera o hubiese habido un buen vacilón, pintaba pluscuamperfecto”, cantaban unas Ketchup que parecían haberse estudiado el María Moliner después de tanto “majabi an de bugui”; “Puedo ser de barrio bajo underground, pero mi corazón se te ha declarao’ duty free” decían poco después. Nos imaginamos a Queco componiendo la canción en los baños de algún aeropuerto durante su última gira. Obnubilado con el efecto de qué droga, no lo sabemos, pero desde luego, con alguna sí.
La puesta en escena
Aquel año, era la gran duda: después de presentar la canción postradas ante cuatro micrófonos de pie, ¿qué demonios se guardaban bajo la manga Las Ketchup para convencer a Europa de darse a su ‘Bloody Mary’? Pues nada más y nada menos que cuatro sillas de oficina. Más que un ‘Bloody Mary’, aquello acabó siendo un bloody mess en el que ellas se levantaban y se sentaba, se giraban y volvían a girar, y bastante tuvimos con que ninguna de las cuatro terminara vomitando tras tanto dar vueltas.
Para colmo de males, además de sus cuatro culos inquietos, la delegación española decidió llenar el escenario lo máximo que le permitieran. ¿Sólo pueden subir 6 personas a escena? Bien, pues ahí colocaron a dos desorientados bailarines que hicieron la vida imposible a realizadores y cámaras: a quién debían enfocar ¿a las muchachas sentadas y de pie, o a los bailarines con un ballet que le pegaba a la canción como a un santo dos pistolas? Al final, fue una mezcla de lo uno y lo otro, y nada terminó de tener demasiado sentido. Incluso al coreógrafo se le había ido la mano con los ‘Bloody Mary’s. Oficinas, ballet, colores rojos y las chicas sufriendo por llevar adelante los 40 segundos de armonías de la canción, por cierto, bastante desafinadas en el intento.
El resultado
La banda de hard-rock Lordi le daba aquel año a Finlandia su primera -y por el momento- única victoria en el Festival de Eurovisión. 292 puntos obtuvo la canción ‘Hard Rock Hallelujah’, que supuso un tremendo golpe sobre la mesa del festival, muy poco acostumbrado a la variedad en las victorias hasta entonces. El grupo venció, además de por el tema, por sus looks monstruosos sobre el escenario, y por el espectáculo de artificio, fuegos y guitarreo que puso en escena. Finlandia consiguió los 12 puntos de Estonia, Alemania, Islandia, Polonia, Suecia y Reino Unido, aunque fue superada en doces por varios países: Armenia también obtuvo 6 doces, Rusia obtuvo 8 y 9 países votaron con sus doce a Bosnia Herzegovina, que sin embargo, se conformó con un tercer puesto final. Lordi igualo su puntuación de la semifinal, algo que ocurre más bien pocas veces.
España, sin sorpresas, volvió a quedar en la zona baja de la tabla, habiendo aprendido más bien poco del fiasco del año anterior. Las Ketchup conseguían los 12 puntos andorranos, pero poco más: sólo Albania dio 6 puntos más a España, que se quedó en 21º lugar nuevamente. Sin el apoyo del micropaís vecino, Las Ketchup, con 6 puntos, hubieran seguido quedando por encima de Francia (5), Israel (4) y Malta (1). Menos es nada.
¿Qué fue de ellas?
Poco se supo de la girlband después del fiasco de ‘Bloody Mary’ en Eurovisión, y por descontado, del disco del mismo nombre que contenía el single en España. Las chicas desaparecieron del mapa sin volver a lanzar absolutamente nada, hasta que en 2016, y sin previo aviso, se anunciaba su participación en el intermedio del Melodifestivalen sueco. Las chicas acudían al plató del concurso para cantar, como trío, pero no con sus componentes originales, ‘Aserejé’. En estricto playback, consumando el absurdo de poner ahí a la morena que fue a Eurovisión y no a la rubia que originalmente cantaba la canción, las chicas tocaron minuto y medio de su clásico y… volvieron a desaparecer del mapa. Este año, por cierto se cumplen 15 del lanzamiento de aquel single. Y qué verano fue aquel.